La vida íntima de los pulpitos
Un pulpo común inicia su vida juvenil cuando tiene dos meses, mide un par de centímetros y pesa algo menos de 0,2 gramos. Llegará a pesar un kilo o más al cabo de un año de hacer su vida normal comiendo crustáceos por el fondo del mar, vida que los biólogos conocen bien. Lo que no sabían hasta ahora era cómo transcurría exactamente la infancia de los pulpos en las aguas superficiales. Tres biólogos han cultivado, por primera vez, larvas de pulpo en acuarios y han desvelado cómo se desarrolla su ciclo planctónico, es decir, desde que nacen hasta que se trasladan a las rocas del fondo. Ahora saben exactamente cómo se desarrollan, cómo nadan y cómo se alimentan en los dos meses meses que pasan en las aguas superficiales.
"Las larvas recién nacidas son minúsculas, miden tres milímetros, no llegan al miligramo y medio de peso, pero crecen de forma exponencial y doblan su peso casi cada semana", explica Roger Villanueva, del Instituto de Ciencias del Mar de Barcelona (CSIC), que ha hecho el experimento con Chistian Nozais y Sigurd Boetzky, del Observatorio Oceanográfico de Banyuls, en este centro del sur de Francia.
300.000 huevos
Ellos cogieron una hembra de pulpo común o de roca (Octopus vulgaris) lo que suele hacer una puesta de unos 300.000 huevos, y criaron larvas en acuarios de 50 litros. A una temperatura de 21,2 grados centígrados, imitando las condiciones del agua en el noroeste del Mediterráneo en verano, que es la época natural de nacimiento de estos animales. "Durante el experimento teníamos 650 pulpitos que se alimentaban capturando las larvas de crustáceo que les dábamos", comenta Villanueva.Periódicamente los tres biólogos trasladaban unos cuantos pulpitos a pequeños acuarios y los filmaban con vídeo. Así han descubierto los detalles de su actividad natatoria, porque resulta que estos animales pasan la infancia nadando constantemente, en vez de andar por el fondo, como los adultos de su especie. Las excelentes imágenes que documentan la investigación de Villanueva y sus colegas han merecido la portada de la revista Nature (14 de septiembre), en que presentan su trabajo.
"Los pulpitos se desplazan por propulsión a chorro: entra agua en el manto, la parte ovalada del animal, y cuando se comprime, el pulpito sale,disparado", dice Villanueva. "Su velocidad de crucero oscila entre dos y seis centímetros por segundo, aunque pueden llegar a 45 centímetros por segundo como velocidad punta", continúa. En su comunicación a Nature, los tres investigadores especifican que estos animalitos se desplazan hacia atrás el 99% del tiempo y comentan que en su infancia más parecen calamares que pulpos.
Al final de la fase planctónica, que dura entre 47 y 54 días (entre el 10% y el 15% de su vida estimada), el pulpo ya juvenil deja de nadar, en parte debido a que los brazos ya le pesan mucho; con esos brazos robustos (ocho) se moverá Por el fondo el resto de su vida. Los dos meses de vida planétónica, son un factor decisivo para la capacidad de dispersión y colonización de esta especie. Su mortalidad es muy alta en esta fase infantil, pero la puesta de huevos de la hembra adulta es muy alta.
Los pulpos son animales muy conocidos en los laboratorios, incluso se utilizan en experimentos de aprendizaje, porque son los invertebrados más inteligentes, comenta Villanueva. "Le pones delante un cangrejo asociado a un disco blanco y otro asociado a uno negro con una pequeña descarga eléctrica y al cabo de tres o cuatro experiencias el pulpo aprende a evitar el negro", explica el biólogo español, "Es más, un pulpo que presencia esta experiencia de otro aprende más rápido que el primero, por observación".
Acuicultura
Pero los estudios de pulpos se venían haciendo con ejemplares salvajes y el experimentador carecía de información acerca de su vida previa. Por ello es importante haber logrado ahora el cultivo completo de larvas de pulpo. Además, el trabajo de estos tres biólogos abre la puerta hacia la acuicultura de esta especie de crecimiento rápido, de un alto contenido en proteínas y de eficaz engorde, al ser capaces de incorporar a su propio peso la mitad del alimento que ingieren.Al final del experimento, cuenta Villanueva, sacrificaron a los pulpitos: "Los anestesiamos bajando la temperatura del acuario a dos grados centígrados y añadiendo un poco de alcohol al agua. Se van quedando dormidos y mueren sin que se den cuenta. Esto el necesario para poder hacer los análisis de histología".
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