Divorcio a la italiana

La inevitable prórroga de los Presupuestos de 1995 está siendo vivida por el mundo empresarial catalán como lana expresión del divorcio creciente entre lo político y la economía real.En esta dirección se han manifestado diversos miembros del comité ejecutivo de la Cámara de Comercio de Barcelona, que preside Antoni Negre. Según algunas encuestas recientes de la organización económica de carácter consultivo, los sectores más dinámicos de la economía en estos momentos consideran que, en una situación de consolidación del crecimiento y final de crisis, la productividad y competitividad de las empresas no corren peligro pese al caos político y al desorden de las previsiones macroeconómicas. Esta incertidumbre no debe desembocar de ninguna manera en un divorcio a la italiana, según opiniones coincidentes de Josep Piqué y Alfredo Molinas, en alusión a la situación del país transalpino durante los últimos años, en los que han convivido la generación de riqueza, la crisis política interna y la marginación político-económica con respecto a la UE. Molinas expresó así su opinión al respecto: "Ha que llevar sensatez a mundo económico. No tenemos por que imitar a Italia, pero el empresario español debe seguir adelante con sus proyectos, su inversiones, sus mejoras tecnológicas, su captación de recurso y otras actividades , margen de lo que sucede da en la coyuntura política".