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"Limpiar es desplazar la suciedad de sitio"

Allan Kaprow (Atlantic City, Estados Unidos, 1927) es un personaje mítico en la reciente historia del arte, aunque eso a él parece no importarle demasiado y no se define ya como artista. Se le conoce como el creador del happening, palabra inglesa que significa 'suceso', y que en el terreno artístico se aplica a una especie de acontecimiento artístico temporal en el que creador y público están implicados por igual. Kaprow presentó ayer en Barcelona su último happening, una acción titulada Clean (Limpio) que consiste en que durante tres días varios estudiantes y artistas limpiarán el patio y el vestíbulo del Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB). "Limpiar es desplazar la suciedad de una parte a otra", asegura. "Por ejemplo, cuando nos lavamos las manos, la suciedad se queda en el agua y se va por el desagüe del lavabo. ¿Dónde va? Seguramente desemboca en el Mediterráneo y cuando, por ejemplo, el agua del puerto está sucia hay que limpiarla con unas máquinas que se llevan la suciedad a otra parte. Todos muy preocupados por la limpieza, pero la suciedad nunca desaparece, sólo cambia de sitio".El happening propiamente dicho consiste en que cada hora dos personas -estudiantes de Bellas Artes o artistas jóvenes- limpian un trozo, el que quieran, del suelo del patio y del vestíbulo del CCCB. Las dos personas están conectadas con un transmisor-receptor con el que se van intercambiando información, por ejemplo, respecto a la baldosa que están limpiando en aquel momento. Cada vez que se ha limpiado una baldosa, el limpiador coloca un papelito con su nombre y la fecha. Así, comenta Kaprow, la limpieza se firma como si fuera un cuadro. Aunque claro, por la noche, los auténticos servicios de limpieza lo barren todo.

"Esto plantea dos tipos de preguntas. ¿Esto es arte?, y ¿esto limpia realmente la casa? Ninguna de las dos tiene respuesta. Lo que me interesa es la incertidumbre de la naturaleza de una actividad. Es lo que nos preocupa a los que hacemos este tipo de acciones. Por una parte hacemos cosas cotidianas, pero de una forma consciente, con lo que no son equivalentes exactamente a la vida. Los participantes en estas acciones se preguntan por qué hacer una cosa tan estúpida como limpiar el suelo. Si pensaran que lo hacen porque son artistas o porque es algo realmente importante, ya no valdría la pena hacerlo". Kaprow, que lleva muchos años estudiando la filosofía zen y reconoce en su obra la influencia del pensamiento oriental, asegura que su intención no es provocar ni tampoco plantear una acción puramente estética: "Es una actividad filosófica; no pretende impresionar a nadie".

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