Nuevas pruebas sobre la conexión entre VIH y sida
Un artículo de la última edición (7 de septiembre de 1995) de la revista científica Nature debería disipar todas las dudas sobre que el virus de inmunodeficiencia humana (VIH-1) causa realmente el sida. El informe, elaborado por la doctora Sarah C. Darby, del Fondo Imperial para Investigaciones sobre el Cáncer de la Universidad de Oxford (Gran Bretaña), muestra una tasa de mortalidad 10 veces más alta en los hemofílicos infectados con el virus en transfusiones de sangre que en los no infectados. "Se certificó que la mayoría de esas muertes adicionales habían sido causadas por el sida o por afecciones asociadas al sida", añaden los investigadores.Las investigaciones dirigidas a relacionar el VIH y el sida han sido difíciles. Esto se debe en parte al tiempo que transcurre -varios años, normalmente- entre el contagio y las manifestaciones de la enfermedad, durante el cual hay pocos signos del virus en el torrente sanguíneo. Hasta 1993, los investigadores no se dieron cuenta de que el virus habitaba en las glándulas linfáticas y no en el sistema sanguíneo y de que está activo a lo largo de todo el periodo de aparente latencia. Otro problema han sido los diferentes patrones epidemiológicos, ya que mientras en Europa y Norteamérica la enfermedad se asocia con homosexualidad y drogas, en África se comporta como cualquier otra enfermerdad venérea.
Como grupo de riesgo, los hemofílicos resultan mucho más útiles que los homosexuales y drogadictos para el estudio de esta relación. Estos pacientes proceden de todos los ambientes sociales, así que no puede decirse que la progresión del sida entre ellos sea resultado de malos hábitos o de una forma de vida especial. Para facilitar las cosas, los detalles clínicos de cada hemofílico de Gran Bretaña figuran desde 1976 en el Registro Nacional de Hemofilia del Reino Unido.
La doctora Darby y sus colegas pudieron utilizarlo para determinar la conexión entre el VIH-1 y el sida sin tener que atender a factores sociales o estadísticos, que suelen complicar los estudios a gran escala de este tipo.
Copyright Nature / NYT Service.
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