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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Cuestión china

HILLARY CLINTON, en la Conferencia Mundial de la Mujer que se celebra en Pekín, ha tenido palabras muy duras para China. Ha invitado a "romper el silencio" sobre las violaciones de los derechos humanos en ese país. El que la prensa china haya silenciado esas críticas no ha impedido que la tensión entre Washington y Pekín se agrave. De hecho, Hillary Clinton decidió viajar a Pekín tan sólo después de que las autoridades chinak optaran por expulsar a Harry Wu, el activista de los derechos humanos de origen chino y nacionalidad norteamericana.El escaso respeto de China a los derechos humanos es un elemento de perturbación crónica de sus relaciones con Occidente. La celebración en Pekín de la Conferencia de la Mujer no es sino una compensación de la ONU por el rechazo político occidental a la candidatura de esa ciudad para los Juegos Olímpicos. Muchas de las participantes en la conferencia están experimentando las limitaciones que sufren a cada instante los ciudadanos chinos. El arranque de esta reunión ha estado salpicado de incidentes entre mujeres de muchos países que querían reunirse, manifestarse o protestar con entera libertad y sus celosos guardianes.

China está siendo uno de los grandes protagonistas del verano. Ha efectuado un ensayo nuclear y realizado lanzamientos de misiles y maniobras navales y aéreas en las cercanías de Taiwan. Sigue sin aceptar el menor comentario exterior respecto al Tíbet y mantiene su reivindicación sobre las islas Spratly. Ante tal acumulación de contenciosos, algunos estrategas norteamericanos sugieren que China podría tomar el papel de la extinta URSS en una especie de nueva guerra fría.

El problema estriba en cómo relacionarse con un país con el que no se comparten principios elementales. La cosa no sería tan grave si China no tuviera mas de mil millones de habitantes, no contara con una civilización milenaria, no dispusiera de tantos recursos naturales, no almacenara armas nucleares y no estuviera ya en camino de convertirse en una superpotencia económica. Pero es así, y la cuestión china es una de las más importantes en las relaciones internacionales de este final de siglo.

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