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Tres fotógrafos sorprenden a Bruselas con su ruptura

Nuevas técnicas y viejas pasiones anidan en García-Alix, Santalla y Esteban

Xavier Vidal-Folch

La nueva fotografía española puso ayer una picuda pica muy cerca de Flandes. Una nutrida representación del mundo cultural de Bruselas asistió, sorprendida, a las propuestas rupturistas de Alberto García-Alix (39 años), José Luis Santalla y Javier Esteban (ambos de 30 años). Tres artistas de la cámara que tienen en común "la fuerza" como subrayó el embajador Miguel Ortega, aunque simbolizan "las direcciones más diferentes" que surgen de España en este arte, a juicio de la comisaria, Myriam López. La muestra de La doble abstracción, dividida en tres colecciones con 60 piezas, se presenta este mes en el Centro Albert Borschette.

Estas orientaciones distintas son "el simbolismo de García Alix, el camino a la abstracción de Santalla y la sustitución del hombre por símbolos de Esteban", los tres unidos por una cierta manera de acercarse a la fotografía, según la también sorprendente y heterodoxa comisaria, diseñadora gráfica de profesión.La exposición, que durará todo este mes de septiembre en el centro Borschette de la Comisión Europea, impresiona al merodeador cultural por la capacidad de ruptura técnica que demuestran sus protagonistas y la belleza, a veces desgarrada, de sus papeles. Papeles que no lo son más que en sentido figurado en el caso de Javier Esteban: sus estilizadas imágenes -que provocan la evocación de un Hernández Pijoán, de un Romá Panadés- están impresionadas sobre arena emulsionada.

El resultado es que si bien "la fotografía usurpó las disciplinas del retrato y el paisaje que eran patrimonio exclusivo de la pintura" figurativa, como anota Myriam López en el oloroso y terso catálogo, su evolución intimista y subjetiva, irónica e ingenua, se convierte en otra pintura. "Yo quiero reflejar la idea de la huella", comentaba el autor, y eso "jugando con con el equilibrio entre la verdad, pues se presupone que la fotografía es verdad, y la mentira". Caballitos de mar, moscas, sardinas sentadas y toda suerte de animales de su particular Bestiario sustituyen a la figura humana en ese juego entre las otras verdad-y-mentira en que consisten la vida y la muerte.

Distinta técnica, pero igual pasión de innovar animan las imágenes de José Luis Santalla, cuyo hilo conductor es la recreación de la sensación del Silencio, el título de su colección. Fotos tridimensionales, sobre papel mate moldeado, arrugado, manipulado; fotos elaborados en estudio, en la calma oscura, en largas, exposiciones; fotos de figura humana en laico altar barroco. "Mi conclusión final es que el silencio no existe, es algo a medio camino entre el no-ruido y la evocación de los sentimientos más profundos", arguye Santalla.

Pasión por el detalle

El tercer hombre es el primero del catálogo y el más experimentado, "un malabarista del tiempo, un hábil ladrón de los instantes efímeros", como le propone el texto de Gonzalo García Pino. Con El eco de los pasos "he querido retratar allá por donde he pasado": las habitaciones que frecuentó, las naturalezas muertas, los impresionantes imágenes de ausencia de los amigos que murieron, de ese hermano que le dejó por sobredosis... Todo ello con un trabajo de la luz, de los fondos, con una pasión por el detalle casi miniaturista que sin embargo componen "un mundo visceral, directo, sincero, desnudo de cualquier artificio", apunta García Pino.

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