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El español peligra en el ciberespacio

El 'spanglish' se extiende en las redes informáticas de EE UU

El español corre peligro en el ciberespacio. Si en la pasada década la llegada de los ordenadores a la vida y el trabajo diarios trajo consigo la introducción en nuestra lengua de múltiples términos informáticos anglosajones de difícil traducción, la expansión del correo electrónico mundial y de la llamada "comunidad virtual" el entramado global de comunicaciones por modem en que se incluye la Internet y sus diversas áreas, es ahora el campo de batalla donde el castellano pierde terreno ante un spanglish imparable.

Este mestizaje improvisado y cacofónico del español y el inglés (en el que en realidad el primero se rinde ante el segundo) está dando lugar en la red Internet a todo un nuevo vocabulario: "Querido Jesus: ya que hemos decidido emailearnos, te envio un archivo para que downloadees a tu ordenador. Lo he conseguido surfeando en el Web. Lo puedes pasar a un floppy o si no, lo deleteas. Ya te hablaré de mis proyectos para el anyo que viene".Sin acentos, sin eñes, y sin términos adecuados para la nueva tecnología informática, el hispanohablante que accede a la Internet es un usuario en desventaja. En la práctica, o se domina el inglés, o se apaga el ordenador. "Si quieres enterarte de algo, tienes que leer inglés, es así de sencillo", dice Jordi Adell, del Grupo de Sistemas de Información de la Universidad Jaume I. "Si quieres llegar a esa comunidad o participar en un foro internacional, tienes que escribir en inglés, aunque participen franceses, alemanes e italianos".

Yolanda Rivas, del departamento de Política y Tecnología de la Comunicación en la Universidad de Tejas, en Austin, ha compilado un glosario de 300 términos en spanglish recogidos en grupos de discusión y otra s áreas, de la Internet. "El spanglish por sí mismo no debería ser promovido", dice Rivas, "pero en el entorno de las comunicaciones por ordenador es inevitable, y nadie puede detener su avance ni prohibir el uso de algún término".

Los términos del ejemplo anterior ("emailear": enviar correo electrónico; "downloadear": descargar un fichero a un ordenador; "surfear": navegar por el ciberespacio; "floppy": disco flexible; "deletear": borrar) se unen a otros como "clickear" (apretar el botón del ratón), "butear" (encender el ordenador) o "efetepear" (referido al FTP o protocolo de intercambio de archivos por modem), que son burdas adaptaciones de los términos en inglés.

Pero Rivas advierte que en este fenómeno se observa una falta de reflejos de los hispano hablantes. En inglés tampoco es gramaticalmente correcto usar la palabra "e-mail" ("electronic mail", o correo electrónico) como verbo, pero se ha aceptado sin controversia alguna. "A menudo se reprime la creatividad a la hora de formar palabras", dice Rivas, "pero en el ciberespacio no hay nada grabado en piedra. Puedes ser flexible, puedes estar al día puedes comunicarte en la forma que más te guste".

Ramón Abad, que está creando una página del World Wide Web para el Instituto Cervantes en Nueva York, opina que la responsabilidad de crear algo parecido a un modelo de utilización del español en el ciberespacio recae más en los medios de comunicación que en instancias administrativas. "No se puede crear una norma inmutable ya que se trata de un entorno vivo en constante cambio", dice. "La gente que lo utiliza es la que debe comprometerse a esta vigilancia del idiorna".

Ediciones 'en línea'

"La Internet", explica Adell, "es una excelente plataforma para difundir ideas a un enorme público potencial con un coste bajo. Esta oportunidad debe ser aprovechada por las lenguas minoritarias, que deben incrementar su presencia y ampliar su difusión. Un ejemplo de este tipo de actividad son los periódicos con ediciones en línea".Pero según Abad, es ingenuo pensar que el inglés va a dejar de ser el idioma dominante en la Internet: "Es el idioma con que se creó la tecnología y, lo que es más importante, es el idioma que domina las comunicaciones derivadas de la implantación de esa tecnología". En EE UU, a la consolidación del correo electrónico y el procesamiento de información por modem ha seguido inmediatamente un cuidadoso ordenamiento académico de las normas estilísticas y formales de estos nuevos medios de comunicación.

Aunque Rivas piensa que el spanglish en el mundo de los ordenadores es un reflejo "tanto de la supremacía tecnológica del primer mundo como de la incapacidad de generar esa tecnología en los países hispanohablantes", la introducción de nuevos términos en el español no es para ella una forma de rendición cultural. "Es vital que no nos concentremos en quién posee el poder cultural o lingüístico", afirma, "sino en cómo podemos avanzar con la misma rapidez. El reto es adaptarse a los cambios".

La posibilidad de transmitir y recibir un correcto español a través de las redes informáticas existe, explica Manuel Rincón, director de relaciones institucionales de redIRIS, porque en Internet hay un sistema de codificación de letras (MIME) que permite al usuario utilizar los signos propios de cada alfabeto (el francés puede usar la diéresis, el español la eñe o los nórdicos la á), informa en Madrid Marimar Jiménez.

Pero ello no quita para que Rincón crea que el español está muy relegado, a pesar de que hay 300 millones de hispanohablantes potenciales. "Aunque podamos utilizar la eñe o nuestros acentos, la opción es muy poca si se piensa que el 90% de la información que circula por las redes está en inglés".

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