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Escritores y artistas alemanes consideran que las críticas a Grass obedecen a razones políticas

El autor ha vendido en dos semanas más de 100.000 ejemplares de su última novela

El escritor Günter Grass, castigado por algunos comentaristas alemanes con una demoledora crítica por su última novela, Ein weites Feld, está recibiendo numerosas muestras de apoyo por parte de sus colegas. Gran número de escritores consideran que las críticas negativas contra el libro obedecen a motivos políticos y no literarios. Raras veces un libro ha llamado tanto la atención antes de su publicación como la novela sobre Alemania de Günter Grass. Desde que, en abril de este año, el crítico Marcel Reich-Ranicki aplaudiese al autor en una conferencia, todo el mundo esperaba impacientemente su opinión, pero resultó ser terriblemente dura y amarga. Grass ha tardado cinco años en escribir la voluminosa obra, de casi 800 páginas. Desde que salió a la venta en Alemania, hace unos días, el autor ha vendido ya más de 100.000 ejemplares.

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La editorial Steidl decidió adelantar la salida a la venta de la novela, prevista para ayer, por la gran polémica que se desencadenó a raíz de la imagen, en la portada del semanario Der Sipegel, del célebre crítico literario Marcel Reich-Ranicki rompiendo la novela. Este contundente rechazo ha provocado indignación entre los escritores y otros representantes del mundo cultural. El escritor suizo Gerold Spáth considera que el fotomontaje de la revista demuestra "una falta total de estilo" y el artista gráfico Maus Staeck ha publicado un póster con llamativas letras rojas en el que puede leerse "la continuación de una historia alemana", en referencia a persecuciones literarias protagonizadas por el régimen nazi.Precisamente el propio Ranicki, para quien la novela ha quedado prácticamente aplastada por las opiniones políticas del autor, había comparado a Grass con el ministro de Propaganda nazi, Joseph Goebbels, y aseguró que la novela carece de todo valor. Gerold Spáth asegura que Ias críticas como la de Ranicki forman parte de una campaña en la que el elemento literario es sólo del 30% y el resto es pura política". Según Spáth, "Ranicki actúa como un camorrista osado y estridente, y al mismo tiempo baboso".

Carta abierta

Klaus Staeck asegura que el comportamiento del crítico "va más allá de lo soportable en el circo habitual de los medios de comunicación". Staeck encabeza una carta abierta de artistas dirigida a la empresa editorial del semanario.El título de la obra (Un vasto campo en traducción literal, aunque aún no está decidido el título de su edición española) evoca la novela Effi Briest de Theodor Fontane, informa Der Spiegel Fontane (1819-1898), en la piel de Theo Wuttke, alias Fonty, tiene también el papel protagonista en el libro. Grass tuvo una idea más: resucitar al héroe Tallhover de Hans Joachim Schádlich. Pero sólo la incipiente unificación política de Alemania, como dice el autor, dio al proyecto de la novela un objetivo y una dirección. Ahora, forman una pareja literaria: Fonty, de la antigua RDA que después del cambio trabaja de ordenanza en la sede del fideicomiso, y Tallhover, a quien Grass transforma en Hoftaller, espía como siempre, familiarizado con los más secretos destinos del servicio de seguridad del Estado.

La acción de Ein weites Feld transcurre poco después de la caída del muro pero, al mismo tiempo, retrocede hasta el siglo pasado. Sobre todo, según Grass, se ha arriesgado a hacer transcurrir "el proceso actual de la unidad alemana sobre el fondo de la primera unidad de 1870 / 71".

En la primera lectura de la novela, en abril, Reich-Ranicki, a quien Grass había invitado a Francfort, le aplaudió exaltadamente. Desde ese momento, el mundo literario no esperaba ninguna crítica de la nueva novela con tanta expectación.

Del mismo modo que Fonty no puede quitarse de encima a su "sombra inseparable", Hoftaller, Reich-Ranicki permanece fiel a Grass, aunque también frecuentemente como acompañante incómodo y desagradable. La extraña pareja llegó hace tiempo a la historia de la literatura alemana. La creciente dureza de la polémica entre autor y crítico no tenía nada que ver con la antipatía: por el contrario, pone de manifiesto una alta estima recíproca. Las decepciones mutuas son el resultado de las extraordinarias expectativas por ambas partes. Reich-Ranicki siempre confió en que Grass se conviertiese algún día en el representante de la literatura alemana de la posguerra. Grass soñaba con la bendición del principal crítico literario alemán.

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