La novela y la vida

"Hemos aprendido a llevar al mismo tiempo las riendas de dos caballos: el compromiso político y el compromiso artístico, ahora ya no se plantea este problema, los dos componentes van juntos". Con estas palabras Carlos Fuentes definió el jueves por la noche en Madrid, horas antes de cerrar los cursos de verano de la Complutense, la situación que vive la literatura latinoamericana. En una distendida charla con periodistas el escritor mexicano fue desgranando sus opiniones sobre todo aquello que le atrae o le inquieta, siempre presto a defender el valor de la novela y su vigencia en la sociedad de este fin de siglo.Por esta razón expresó su satisfacción por el premio Rómulo Gallegos concedido en Venezuela a Javier Marías y su plena identificación con el texto que leyó en Caracas el autor español para agradecer el galardón. Fuentes, que no hace diferencias entre los autores que escriben en español por vivir a un lado o al otro del Atlántico, comparte con el autor de Mañana en la batalla piensa en mí la importancia de la narrativa y la fabulación para describir la vida, para hacer historia día a día.

Su optimismo sobre el buen momento de la literatura se ensombrece al analizar el papel de los medios de comunicación. "Hay una saturación informativa, que convierte en importantes asuntos banales", comenta. Le preocupa especialmente, el sector audiovisual, "su impunidad es alarmante y se está cayendo en el dogmátismo". La reciente absorción de la cadena norteamericana ABC por Disney y la implantación del grupo Murdoch en Asia le producen negros presagios sobre hipotéticos trueques de información por un entretenimiento encubridor.

Vivamente interesado por la situación de Cuba, sostiene que los cambios en aquel país caribefio tienen que surgir de dentro y no desde el exterior. Pero sin duda la mayor inquietud de Carlos Fuentes se centra en la situación que vive México: "Mi país es complicado y barroco, contamos con una milenaria historia indígena. Si matamos a los indios, matamos nuestros sueños. Lo que piden los campesinos no es un anacronismo. ¿Porqué creemos que la modernidad nuestra es la adecuada para la gente que habita en Chiapas?".