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China expulsa a los dirigentes ecologistas que efectuaron una protesta antinuclear

Los seis dirigentes de la organización ecologista Greenpeace, que fueron detenidos el pasado martes en Pekín por desplegar una pancarta contra las pruebas nucleares, fueron expulsados ayer de China. Los activistas fueron interrogados y, tras firmar una confesión en la que aseguraban que la protesta organizada en la plaza de Tiananmen era su primera acción en China y que se trataba de un acto ilegal, fueron llevados a un hotel a la espera de vuelos que les devolvieran a sus respectivos, países.El alemán Thilo Bode, quien a partir de septiembre se convertirá en el director ejecutivo de la organización, y los directores nacionales de Greenpeace en EE UU y el Reino Unido fueron expulsados hacia Hong Kong, mientras que las directoras en Francia y Rusia fueron embarcadas en un vuelo a París. A su llegada a Hong Kong, los dirigentes ecologistas aseguraron que fueron tratados adecuadamente, aunque la policía les interrogó durante algo más de 10 horas para comprobar que ningún chino había participado en la acción de Greenpeace. También quisieron dejar claro que habría nuevas protestas en China, aunque no precisaron ni el lugar ni la fecha de las mismas.

Con su protesta pública, los ecologistas querían llamar la atención del mundo sobre el programa de pruebas nucleares que China está a punto de reanudar, así como sobre los ejercicios de prueba de misiles que, desde el martes, efectúa el Ejército chino en aguas próximas a Taiwan.

Esta nueva serie de lanzamientos de misiles, que se prolongará hasta el 25 de agosto, "no constituye una amenaza directa" para Taiwan, explicó el ministro de Defensa de Taipei, Chiang Chung-ling. Con estas declaraciones, el ministro intentaba calmar los ánimos, soliviantados desde el 21 de julio pasado en que China realizó los primeros lanzamientos de misiles en unos ejercicios que duraron hasta el día 26.

Greenpeace ha orquestado una intensa campaña antinuclear desde que el presidente francés, Jacques Chirac, anunciara el pasado 13 de junio la decisión de su Gobierno de reanudar las pruebas nucleares en el Pacífico sur. Como parte de esta protesta, seis alpinistas de la organización iniciaron ayer la escalada del Mont Blanc, en los Alpes franceses, cuya cima esperan alcanzar a lo largo del día de hoy. Una vez llegados a lo alto, los ecologistas desplegarán una inmensa pancarta, de 16 por 16 metros, con un símbolo antinuclear.

Chirac ha enviado una carta a los líderes de varios países de Asia, el Pacífico y América Latina en la que les asegura que, a partir del otoño de 1996, Francia renunciará a las pruebas, incluidas las de baja intensidad, según informaron ayer fuentes de la presidencia. Sin embargo, por el momento al menos, no hay marcha atrás con respecto a las ocho pruebas atómicas francesas en el atolón de Mururoa que está previsto que se efectúen entre septiembre y mayo.

La decisión francesa ha unido a las naciones del Pacífico sur que, durante la reunión que mantienen desde ayer en la ciudad australiana de Brisbane, emitieron una dura condena contra las pruebas. Los asistentes a la reunión calificaron los ensayos como una "maliciosa y sistemática " destrucción del medio ambiente, e hicieron un llamamiento mundial para evitar que Francia siga adelante.

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