El borreguito
Todo hace presumir que los toros se acabaron en Málaga el domingo con los de Cebada Gago. A partir de ahora, y a la vista de los carteles, llegan los borregos. Y, para abrir boca, borreguitos, que se anuncian como novillos para novilleros de postín en feria de categoría. El primero era como el borreguito del anuncio televisivo del detergente que lava más blanco la ropita de mi bebé, y la deja suave y esponjosa. Un animalito, en suma, al que se le caía la cara de bueno, novilísimo y magnífico colaborador. Sus hermanos, como él, fueron blandos y nobles hasta la dulzura almibarada.Pero, claro, estos animalitos quedan muy bonitos para la tele, pero como toros son una birria, porque ni ofrecen riesgo, ni emoción, ni espectáculo. Mucho peor todavía si los novilleros carecen de sello, de valor, o de deseos de convertirse en figuras.
Martín / Muriel, Morante, Camacho
Novillos de Martín Lorca, desiguales de presentación, mansos, blandos y nobles.Juan Muriel: vuelta y vuelta. Morante de la Puebla: silencio y vuelta. José María Camacho: ovación y palmas. Plaza de toros de Málaga. 14 de agosto. Segundo festejo de feria. Menos de media entrada.
Muriel no lució con ninguno de los dos borreguitos. La verdad es que es un novillero experimentado, pero sin sentimiento ni vibración. Todo su quehacer ante su primero resultó frío, académico, fácil y tedioso. Torea sin dar importancia alguna a su labor, y entre el animalito y su frialdad, sólo faItó el toque bobalicón de las toallas suaves y esponjosas.
Embarullado, sin temple y sin gracia se mostró ante el manso cuarto. Su faena no podía ser más anodina, a pesar de que el torero pretendía convertirla en exitosa a toda costa, a base de incitar al público para que aplaudiera. Pues, ni por ésas lo consiguió. Como luzca igual con el toro, va listo.
Personalidad
El primer novillo de Morante de la Puebla quedó inválido tras una voltereta, y el torero, inédito. El otro, el de más recorrido, pudo propiciar un gran triunfo a un novillero que posee personalidad artística.Bajó las manos con mucho gusto al lancear a la verónica, se esmeró en unos ayudados por bajo, y toda su faena de muleta estuvo salpicada de detalles que evidenciaban enorme calidad torera. Le faltó, quizá, alargar más los muletazos, enfadarse consigo mismo y matar a ley. Se conformó con un toreo de toque efectista cuando se le ve capacitado para la hondura.
José María Camacho está muy verde y sus condiciones toreras, si las tiene, se encuentran todavía ocultas. No sabe manejar los engaños. Carece de valor y ayer estuvo siempre a merced de sus novillos. Si éstos no llegan a ser borreguitos del detergente, no sale a pie de la plaza. Otro que tiene un ángel de la guarda así de grande.
Babelia
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