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Austria devuelve el 'tesoro de Mauerbach' a la comunidad judía

El Parlamento austriaco finalizó un amargo conflicto de medio siglo y aprobó por unanimidad la devolución a la comunidad judía del país de una colección de arte robada por los nacionalsocialistas a las familias judías antes de emigrar para salvar sus vidas o ser deportados a campos de concentración.La colección, de alrededor de 8.000 objetos de arte, conocida con el nombre del tesoro de Mauerbach, el monasterio cartujo donde fue almacenado durante décadas, tiene un valor aproximado de 50 millones de chelines. La comunidad judía iniciará esta semana la difícil tarea de elaborar un inventario de las obras, que van desde pinturas de grandes maestros del siglo XIX, tapicería y muebles, hasta colecciones de libros, monedas, estampillas o autorretratos pintados por simples aficionados sin ningún valor artístico.

El tesoro de Mauerbach constituye sólo una ínfima parte de las colecciones de arte de la comunidad judía, porque la mayoría fueron confiscadas por los nacionalsocialistas durante la guerra y enviadas a subastar en Suiza o se encuentran en pisos de Viena que fueron arizados, robados o comprados a precios absurdos a sus propietarios antes de las deportaciones.

El presidente de la comunidad judía en Viena, Paul Grosz, confirmó que se realizará una gran subasta internacional organizada, probablemente entre otros, por Sotheby's, y se espera que se triplique el valor original porque los objetos tienen para muchos un valor histórico y sentimental. El dinero que se obtenga será destinado a proyectos en los sectores más necesitados de la comunidad judía de Viena y un 12% del mismo será donado a tres asociaciones de víctimas del holocausto de distintas tendencias políticas y grupos étnicos.

Varias versiones

Versiones de que en la colección había obras de los pintores Gustav Kllmt y Egon Schielle, fueron desmentidas por autoridades del Ministerio de Finanzas, que administró el tesoro de Mauerbach en el pasado, y según ellos las obras más valiosas, como la colección de pinturas de la familia Rotschid, fueron devueltas por los aliados a los herederos después de finalizar la guerra mundial.

La trágica historia del tesoro dé Mauerbach ha constituido uno de los más graves conflictos entre la comunidad judía y la república de Austria. El Gobierno austriaco realizo dos ofensivas (1969 y 1986) para devolver a las víctimas o herederos las obras, una tarea difícil, ya que la mayoría de los propietarios murieron asesinados en campos de concentración y los herederos eran sólo niños que ya no conservaban recuerdos concretos de las pinturas que colgaban en sus casas. Durante las deportaciones, los judíos debían abandonar sus hogares en menos, de una hora, lo que hizo muy difícil que llevaran con ellos fotografías o certificados que comprobaran sus propiedades.

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