El Festival de Jazz de San Sebastián valora en su 30 aniversario la calidad sin ostentación

Hoy arranca la 30ª edición del decano de los festivales españoles de jazz. A partir de esta noche, San Sebastián recibirá en distintos escenarios a más de 40 grupos representativos de otras tantas filosofías de entender esta música. A pesar de lo señalado del aniversario, no habrá celebraciones especiales. Para el comité organizador lo importante ahora es consolidar la valoración crítica de los artistas más que el reclamo fatuo de los grandes nombres. Aforos moderados, espacios de buena acústica y confortables para el público complementan este verdadero edén jazzístico.

La Jazz Band Ball inaugural presentará a ocho formaciones, que abarcarán desde el paradigmático jazz latino de Eddie Palmieri a la logradísima síntesis de jazz y flamenco propuesta por Jorge Pardo y Chano Domínguez, sin olvidar variados y atractivos enfoques de jazz vocal y blues. Como ya es tradicional, el ambiente festivo se realzará con una muestra gastronómica que este año ofrecerá un surtido de platos típicos de Nueva Inglaterra.En jazz, como en ninguna otra disciplina artística, la veteranía es un grado. La curtidísima organización donostiarra ha sabido confeccionar un cartel que responde con asombrosa rapidez y sensibilidad a las últimas tendencias de esta música. Todo él está tan certeramente equilibrado que resulta injusto destacar una jornada sobre otra pero, dado que el eje sobre el que gira el programa es el 75 aniversario del nacimiento de Charlie Parker, habrá una lógica presencia de saxofonistas altos de diferentes generaciones y modos de interpretar el legado bopper. El extraordinario Phil Woods será homenajeado en calidad de discípulo supremo de Parker, aunque no conviene olvidar a Frank Morgan, otro insigne veterano, a Gary Bartz y a Antonio Hart, pruebas más recientes pero igualmente evidentes de que la herencia parkeriana está en buenas manos.

Joe Henderson traerá su estimulante versión de la música de Antonio Carlos Jobim, y Paul Motian hará lo propio con las inmortales canciones de los musicales de Broadway, acompañado por un grupo que incluye, entre otros solistas de élite, a Lee Konitz y Joe Lovano. Dos citas irrenunciables de las que el público saldrá, sin duda, mejor y más sabio. El precioso Salón de Plenos del Ayuntamiento acogerá, con entrada libre, la exigente fórmula del piano solo a razón de especialista por día: Iñaki Salvador, Jacky Terrason, Kenny Barron y Mulgrew Miller compondrán esta vez la rutilante terna que justifica el tópico del póquer de ases.

Muchos de estos músicos, reunidos en diferentes combinaciones, participarán en jam sessions en las que se medirán fuerzas y contrastarán estilos. La ronda de sorpresas continuará en los tríos dirigidos por dos damas que hacen música hasta cuando suspiran. Geri Allen y Amina Claudine Myers, ambas pianistas, pertenecen a la selectísima nómina de las creadoras genuinas que prefieren avanzar a partir de una interpretación fresca y lúcida de la tradición. Desde una perspectiva más libre, Bill Frisell, miembro del grupo de Motian, y John Scofield, al frente de su cuarteto, defenderán su condición de guitarristas-guía de la última década. Resta mencionar el llamativo encuentro de otras dos guitarras, Lucille y Gerundina, niñas mimadas de B. B. King y Raimundo Amador. El interés transcultural de la reunión añadirá el punto de misterio que necesita el ya familiar espectáculo que ofrece el bluesman.