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La represión se trasladó de las cárceles a las calles en 1994, según Amnistía

El genocidio perpetrado en Ruanda, donde medio millón de personas, la mayoría tutsis, fueron aniquiladas entre abril y julio del año pasado, encabeza la lista de horrores del informe anual de Amnistía Internacional (Al) difundido ayer en Londres. Es un ejemplo de que las víctimas no se encuentran sólo en las cárceles: Al habla de cómo en 1994 las violaciones de los derechos humanos se produjeron más en las propias calles que en las cárceles.

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Más de 2.500 ejecuciones en un año

Además de denunciar el sufrimiento de la población civil en países que viven un conflicto armado, como Bosnia-Herzegovina, Amnistía resalta los de abusos de poder y crímenes de Estado perpetrados en otras zonas del mundo supuestamente en paz.El informe de 1995, que reco9 los datos obtenidos el año pasado por Amnistía en 151 países, habla de ejecuciones extrajudiciales en la mitad de los países de América, incluyendo el caso de Guatemala, donde este tipo de crímenes se incrementó el año pasado con respecto a años anteriores. Los abusos cometidos por las fuerzas de seguridad mexicanas en el Estado de Chiapas, las matanzas perpetradas por los grupos paramilitares en Colombia y el sufrimiento de la población civil atrapada entre dos frentes en países como Argelia constituyen algunas de las más dramáticas denuncias contenidas en el informe. La organización constata con preocupación cómo se ha dado un cambio en los criterios represivos: "En 1994, nos hemos encontrado sobre todo con masivas violaciones de los derechos humanos en las propias calles más que en las celdas de las prisiones", afirma Pierre Sané, secretario general de la organización.Más denuncias en España

En el capítulo dedicado a España, Amnistía resalta las denuncias de torturas y malos tratos en las cárceles y recoge los informes de la Asociación contra la Tortura (ACT). Esta asociación registró 267 denuncias de torturas en su informe de 1993, cifra que representa "un aumento significativo con respecto al año anterior", según indica Al.

Amnistía hace especial hincapié en la vulnerabilidad de las mujeres. Mientras Naciones Unidas prepara con entusiasmo la IV Conferencia Mundial sobre la Mujer, a celebrar en Pekín en septiembre, el número de atentados a los derechos humanos entre la población femenina ha crecido, a menudo solapados bajo la etiqueta de tradiciones culturales o religiosas. Al denuncia la existencia de sistemáticos abusos contra la población femenina en 15 países africanos, entre ellos, Camerún, Somalia, Sudán, Chad, Mali y Sierra Leona.

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Los compromisos alcanzados en la Conferencia Mundial de Derechos Humanos organizada por Naciones Unidas en 1993 no fueron obstáculo para que las fuerzas de seguridad estatales se vieran implicadas en numerosos crímenes en América, Asia y África. Y el informe destaca que en no menos de 29 países se repitió el dramático fenómeno de los "desaparecidos", mientras que en 54 se produjeron ejecuciones extrajudiciales.

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