Científicos españoles hallan contaminación por sustancias hormonales en conservas
Los xenoestrógenos se relacionan con alteraciones reproductivas y cáncer
Vivimos inmersos en compuestos químicos que no existían en la naturaleza hace un siglo. En un número creciente de ellos se ha advertido una actividad estrogénica, normalmente débil, cuando entran en contacto con el cuerpo humano, es decir que actúan como si se tratara de la hormona natural femenina. En los últimos años ha aumentado el interés por conocer los efectos que pueden tener sobre la salud estas sustancias, denominadas xenoestrógenos, y los estudios insisten en relacionarlas con fenómenos preocupantes, como el aumento epidémico del cáncer de mama y la caída de la fertilidad masculina en los países industrializados, entre otros. Un equipo de la universidad de Granada, acaba de añadir una fuente directa más de xenoestrógenos, al detectar que el plástico que recubre el interior de muchas de las latas de conserva contamina los alimentos con uno, el bisfenol A.
El artículo sobre el estudio realizado por el equipo dirigido por Nicolás Olea se ha publicado este mes en la revista Environmental Health Perspectives, editada por los Institutos Nacionales de la Salud de Estados Unidos. Lo firman también José Antonio Brotons, Fátima Olea-Serrano, Mercedes Villalobos y Vicente Pedraza.
Olea y su equipo han tenido ciertas dificultades para publicar el artículo, que achacan a las presiones de multinacionales químicas y de alimentación, las cuales creen, afirman, que es un caso más de alarma social injustificada. Pero la marea en tomo a los xenoestrógenos sube sin parar y el estudio de los investigadores españoles, aunque primero que se lleva a cabo sobre este tema concreto, es uno más de lo que constatan la impregnació humana de sustancias débilmente estrogénicas que se acumulan en los tejidos grasos.
Pesticidas y detergentes
Las fuentes son muy variadas: pesticidas, detergentes y pegamentos tienen estos compuestos de actuación estrogénica. Entre ellos están el DDT, ya no utilizado pero que persiste en el medio ambiente, y el endosulfán, que se utiliza profusamente en Andalucía.El problema con estas sustancias, señala Olea, es que no se sabe si actúan sumándose unas a otras, aunque no sea una suma estricta; si existen muchas fuentes de xenoestrógenos en el ambiente, como se está viendo, la acumulación puede ser suficiente para desencadenar procesos cáncerosos relacionados con el nivel de estrógenos, como el cáncer de mama y de ovarios. "La significación biológica es desconocida", reconoce Olea, "pero no se puede negar que hemos detecta do pequeñas cantidades de bisfenol A procedente del plástico que recubre las latas de conserva en el líquido de las conservas y que el bisfenol A se conoce desde 1936 que es una sustancia estro génica". Entre los vegetales contaminados había guisantes, alcachofas, judías verdes, maíz y champiñones.
Los xenoestrógenos no se parecen químicamente a los estrógenos naturales, el más potente de los cuales es el estradiol, producido por los ovarios, pero se unen a los receptores celulares de estrógenos de forma que en el interior del cuerpo humano mimetizan el efecto del estradiol. Receptores celulares para los estrógenos se encuentran en más de 300 tejidos diferentes del cuerpo humano, lo que indica la importancia de la hormona para su funcionamiento normal y la gran cantidad de vías que tienen los xenoestrógenos para incorporarse al organismo.
El estudio realizado en Granada partió de 20 tipos diferentes de conservas de España, Estados Unidos, Brasil, Francia y Turquía, con recubrimiento interior plástico. Se utilizaron técnicas analíticas cromatográficas y un ensayo sobre células para evaluar el efecto estrogénico.
Al esterilizar
La deducción es que el polímero del plástico se degrada cuando las conservas se esterilizan y parte pasa al líquido en forma de monómero. Se basa en que no se detectaron residuos de pesticidas ni otras sustancias estrogénicas en las conservas en sí y en que al rellenar el envase vacío con agua esterilizada y esterilizarlo de nuevo, se detectaron nuevamente los compuestos estrogénicos. Y la conclusión de los investigadores es que "es, necesario un estudio más amplio sobre el uso de revestimientos plásticos, en algunos envases alimentarios con objeto de determinar si las resinas epoxi y los policarbonatos contribuyen a la exposición inadvertida a xenobióticos estrogénicos".
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