48 días como reproche
La satisfacción era ayer evidente en todos los sectores sociáles y políticos, tras lo que parece el principio del fin del sexto conflicto en la sanidad pública en los 12 años de gobierno socialista. Ha sido el segundo más largo, tras la huelga de tres meses de 1987. Tras la euforia, el mayor re proche fue la incapacidad de ambas partes por no haber pactado antes. "No se justifica el mantenimiento de una huelga para conseguir algo que se podría haber pactado en una semana", afirmó Marciano Sánchez Bayle, de la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública (FADSP). "Esto no es más que una retirada honrosa de los sindicatos, teniendo en cuenta que la huelga se estaba acabando a la vista de las vacaciones". El portavoz de Sanidad del, PP, Enrique Fernández Miranda, insistió en responsabilizar a la ministra de Sanidad: "Nos alegramos de que en 48 horas se haya podido llegar a un acuerdo del que no han sido capaces en un mes ni la ministra ni las personas que han llevado esta negociación. Deseamos que se alcance la firma de un documento definitivo, que se aleje el fantasma de la posibilidad de una nueva convocatoria de huelga". En la tregua "radica el problema", según Fernando Puig, responsable de Sanidad de CC OO: "Hipoteca la negociación a nuevas amenazas y la secuestra de su marco legal. Nos tememos que este acuerdo es débil sin la desconvocatoria de la huelga. Considerando que hay aspectos que ya estaban en la mesa desde hace un mes, cabe preguntarse si el interés de la huelga trascendía más allá de las reivindicaciones salariales" ' CC OO va a solicitar a Fernando Abril Martorell la participación de este sindicato en las mesas negociadoras que se constituyan.Apoyo al sistema
Alejandro Cercas, secretario de Movimientos Sociales del PSOE, también mostró su satisfacción por el preacuerdo alcanzado ayer y expresó su confianza en que este "no sea más que el prólogo de lo que necesita la sanidad pública". Cercas reconoció que la política de recursos humanos del Insalud "requiere una adecuación, pero bajo la premisa de la supremacía del sistema público y de sus bases financieras y solidarias. Nada que vaya en línea con iniciativas privatizadoras". Admitió que tras la huelga hay una base de malestar real de la clase médica: "Hay una serie de errores que tenemos que asumir. Y hay uno evidente, que un servicio como este no ha desarrollado todos los elementos de participación que la Ley General de Sanidad disponía". De las dificultades negociadoras habidas y de las consecuencias de este conflicto en los enfermos, Cercas ha sacado una lección: "Nunca más".
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