Federico Zeri: "Detesto la ase media europea"
El historiador y crítico de, arte italiano, considera que su pais es un "cadaver"
No deja títere con cabeza y en su discurso, lleno de erudición y opiniones drásticas, abomina de los intelectuales, los políticos, la clase media y los profesores universitarios. Federico Zeri (Roma, 1920) es un hombre de difícil definición. Digamos que su justa fama, se la ha ganado como historiador del arte, como uno de los expertos más importantes del, mundo en arte italiano de los siglos XIV al XVI.Pero esta clasificación se le queda pequeña porque Zeri, fiel a su principio de que no se puede conocer el arte si no se conoce su contexto, es al tiempo uno de escasos humanistas a la antigua que igual pueden hablar de poesía que de botánica, especialidad que, por cierto, cursó junto con las de Química e Historia del Arte
De los más de veinte libros que ha publicado Federico Zeri, sólo uno, Detrás de la imagen (Tus quets, 1989), ha sido traducido al castellano. En Italia y Francia, en cambio, es una personalidad pública y está considerado un maestro que, por ejemplo, en 1992 fue elegido por el Giornale dell'Arte en una votación internacional como el "Prernio Nobel del Arte". El que fue consejero y amigo del conde Cini, de John Paul Getty y de Greta Garbo, es tuvo en Barcelona la pasada semana. Habló de lo que quiso, imitó la salvaje risa de las brujas, recitó a sor Juana Inés de la Cruz y, sobre todo, se lamentó por Italia, el centro de todas sus conversaciones y pensamientos."Italia vive una grave crisis existencial. La situación es muy grave. La televisión es la peor del mundo, es espantosa, vulgar, horripilante. Todo está en crisis. No hay arte, la literatura es malísima, el cine también está en decadencia. Está todo dormido, parado. Y no lo digo sólo yo, es algo que comparte mucha gente. Hay excepciones, siempre lashay, pero son pocas".
Zeri explica esto y antes o después -es difícil saberlo porque su discurso se pierde. en un reguero de anécdotas y de historias paralelas- se remonta a la historia para explicar cómo empezó todo -con una unificación impuesta por la diplomacia inglesa y francesa, explica, que quena impedir la expansión rusa hacia el Mediterráneo y que trajo como consecuencia un país que en el fondo era una colonia del Piamonte y la Lombardía- y como acabó: Italia murió el 8 de septiembre de 1943, cuando, perdió la IIGuerra Mundial. Durante la guerra fría fue un zombi que parecía vivo debido a la necesidad del mundo capitalista de mostrar su superioridad, pero después de la caída del muro se ha visto que era un cadáver".
Crisis cultural
"He vivido personalmente esta gran crisis de la cultura italiana y he visto cómo iba tomando forma. Por ejemplo; soy un gran admirador de Fellini, pero en sus últimos trabajos ya empezaba a declinar. Cada vez era más académico. Y en el último Pasolini también se notaba que algo no funcionaba bien en Italia. Pasolini fue como un cometa luminoso que pasó sobre Italia. Un genio del bien y del mal. Hablar con él era una experiencia inigualable. Tenía una voz de una belleza increíble, una voz de ángel, acariciadora, que no sabías de dónde salía. Pero le dabas la mano y era fría, sudorosa, floja, espantosa, como un reptil. Era un personaje maravilloso, un genio. Creo que su mejor película es Accatone, que curiosamente es la interpretación en clave moderna más extraordinaria de Caravaggio"."Italia es un país de individuos, no de sociedad, y lo que admiro de ella es que produce grandes personalidades, genios aislados que se encuentran en el subproletariado o en las clases superiores. Pero la clase media es espantosa; como la del resto de Europa, por otra parte. Perte nezco a ella, pero la detesto".
"¿Intelectual yo? Espero que no" comenta después. "Los intelectuales no me merecen ninguna estima. Son peores aún que los políticos porque viven en un mundo, aislado, un mundo de sueños y utopías. Los verdaderos intelectuales que viven en la sociedad y que, sobre todo, la aman son poquísimos. Y no tienen séquito. Los únicos que tienen seguidores son los vendedores de humo y los demagogos". "Yo no me considero nada" añade. "En Italia es absolutamente inútil hablar. Intento que mi trabajo sea útil a la sociedad. Nada más".
Su último libro, publicado en Francia y en Italia, son unas memorias que llevan el significativo título Confieso que me he equivocado. "¿En qué? En hacer filología en vez de historia del arte; en quedarme en Italia en lugar de irme a Estados Unidos, donde tienes mayores facilidades para investigar; en creer que la situación de Italia podía mejorar..."¿Y el arte? "El arte sirve. piara vencer la vejez y el olvido".
Babelia
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