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Major vuelve a quedar desairado ahora con el "caso Shell"

Con las filas del partido conservador divididas y las heridas de la última batalla todavía sin cerrar, el primer ministro británico, John Major, ha vuelto a probar en carne propia el amargo sabor de la derrota, esta vez a manos del ecologismo internacional. La campaña contra el hundimiento de la plataforma Brent Spar en las aguas profundas del Atlántico no sólo ha dañado gravemente la imagen de la compañía anglo-holandesa Shell sino que ha deparado un nuevo fiasco personal a Major.La decisión del primer ministro de mantener hasta última hora el apoyo gubernamental a la idea originaria de Shell -hasta que la propia compañía decidió dar marcha atrás en su propósito, para ser más exactos- no sólo le ha dejado en un espantoso ridículo, sino que ha contribuido a proyectar una imagen del Reino Unido notablemente alejada de las preocupaciones medioambientales.

Mientras los laboristas sacaban partido de la disputa internacional -llamando al diálogo entre las partes primero y, finalmente, criticando al Gobierno por tener menos visión ecologista que la propia compañía petrolífera-, el Gobierno conservador aparecía. solo y aislado en su defensa de una legalidad que no parece contar con el apoyo 'de otros Gobiernos. europeos. Las ventajas políticas que obtuvo el primer ministro británico apoyando la "justa" acción de Canadá, como adalid del conservacionismo y el desarrollo sostenible, en su disputa pesquera con España se han venido abajo ahora, en el contencioso de la Shell.

El 'no' a Kohl

Hace apenas una semana, durante la celebración de la cumbre del G-7 en Halifax, el propio canciller alemán, Helmut Kohl pidió a Major que reconsiderara la posición del Gobierno británico. Pero el primer ministro británico -quizás demasiado ocupado recogiendo autógrafos de los ocho líderes en un bate de crícket con destino a una subasta de caridad- se mantuvo- inflexible. El hundimiento de la plataforma en aguas profundas, volvió a insistir, era el método más seguro para proteger el medio ambiente.

Con un dudoso sentido de la oportunidad, el primer ministro volvió a la carga el lunes en la Cámara de los Comunes, calificando de "increíble" la proposición de desmantelar la plataforma en tierra, para encontrarse 24 horas después con que el presidente de Shell en el Reino Unido, Chris Fray, tiraba sin más la toalla, y renunciaba a hundir la Brent Spar en el Atlántico.

[Douglas Hurd, secretario del Foreign Office manifestó ayer ante el comité de Exteriores de la Cámara de los Comunes que es partidario de celebrar un referéndum si el Gobierno británico decide sumarse a la moneda única europea, informa Reuter. Hurd dijo que hablaba a título personal y negó que hubiera adelantado a su grupo parlamentario que Major era quien tenía la idea del referéndun, como señaló el sensacionalista The Sun].

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