Los serbios incumplen sus promesas de permitir la circulación de convoyes humanitarios en Bosnia
, "Sí, nos preocupa; sí, es humillante, pero no es la primera vez. Hemos tenido este tipo de incidentes en los últimos tres años", aseguró ayer Mark Cutts, ,portavoz en Sarajevo del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). La situación sobre el terreno no le desmiente. El convoy de Zepa, 10 camiones, 80 toneladas, que pasó cuatro días en el puesto de control serbio de Rogatica, fue vaciado en el fin de semana. Las autoridades serbias de Bosnia optaron por quedarse con su contenido y repartirlo entre los civiles serbios de Sokolac.
Los dos convoyes humanitarios, de 200 toneladas, que partieron el sábado de Belgrado con destino a Srebrenica y Gorazde, enclaves orientales bosnios, regresaron de noche a su punto de partida, pues, pese a todas las garantías, les faltaba un permiso escrito. La misma historia se repitió punto por punto el domingo. Los dos convoyes permanecían ayer en Belgrado: El convoy de reabastecimiento a los cascos anules británicos y ucranios que se hallan en Gorazde dando la protección otorgada por la ONU, sigue empantanado a siete kilómetros del enclave. Los serbios de Bosnia, tras aducir primero como excusa que había actividad militar en la zona, condicionan ahora el paso a que el Ejército bosnio se retire de las nuevas posiciones alcanzadas en la orilla este del río Drina, en el valle del Gab.El prometido convoy a Sarajevo -promesa formulada por Radovan Karadzic la semana pasada a una nutrida delegación de ACNUR y de representantes civiles de la Fuerza de Protección de las Naciones Unidas (Unprofor)- es considerado por todos como la prueba definitiva para despejar una incógnita: ¿Estos son incidentes aislados o se trata de la nueva política serbia tras el éxito de los rehenes?.
El jefe serbobosnio Radovan Karádzic dijo ayer en Pale que la liberación de un nuevo contingente de rehenes de Naciones Unidas es inminente: "Tendremos noticias de ellos mañana (por hoy]", señaló antes de entrar en una reunión de su partido, previa a otra del autodenominado Parlamento serbio de Bosnia, para analizar la deteriorada situación de sus tropas en el país en guerra. El presidente de dicho Parlamento, Momcilo Krájisnik, anunció que los serbios de Bosnia harán público hoy "el plan de liberación de todos los prisioneros" -144, de los que 52-están como rehenes puros y otros 92 bloqueados en sus posiciones desde hace 18 días Sarajevo espera
Un convoy de ACNUR con 30 toneladas de harina consiguió entrar en Sarajevo, el primero en tres semanas, a través de la ruta del monte Igman conducido por chóferes bosnios hasta el barrio de Butmir, donde fueron relevados por conductores de la ONU, que hicieron el último tramo hasta la ciudad.
El ACNUR esperaba recibir ayer el permiso escrito de las autoridades de Pale, capital política del gobierno de Karadzic, para ordenar la salida de un doble convoy, que deberá llegar hoy a Sarajevo, donde ayer otras dos personas resultaron heridas por francotiradores serbios. Se trata de 200 toneladas para Sarajevo y 100 para los barrios serbios de la ciudad. "Tratamos de contactar con la policía civil serbia que nos va escoltar a través del territorio controlado por ellos para que nos espere en un punto y aseguramos que nos guíe al destino correcto", afirmó Cutts.
Dos detalles de la humillación a la que está siendo sometida cada día la ONU, todas sus agencias y la propia Cruz Roja. Primer detalle: los serbios de Pale que habían prometido reanudar el sábado el suministro de gas a Sarajevo no lo han hecho. Ahora exigen lana nueva reunión para tratar sobre el asunto. Segundo detalle: el Comité Internacional de la Cruz Roja, que tanto tiento tuvo el sábado en sus declaraciones a la prensa para no contrariar al doctor Karadzic, ha visto denegado un segundo acceso .a los
rehenes -un casco azul canadiense herido fue entregado el domingo-.
El ministro de Exteriores de Pale, Alexa Buha, se ha permitido proferir una amenaza contra la Fuerza de Intervención Rápida y el Consejo de Seguridad de la ONU, al decir que un "nuevo mandato exigirá siempre la luz verde" de los serbios de Bosnia. El presidente bosnio, Alia Izetbegovic, ha pedido la retirada de los cascos azules en una entrevista con un diario árabe. Su vicepresidente, Ejup Ganic más práctico, ha rechazado la idea de una nueva conferencia internacional sobre Bosnia, formulada por Butros Butros-Gali. "Ya existe un plan, el del Grupo de Contacto, aprobado por la comunidad internacional y el Gobierno bosnio... No hay otra cosa que discutir", señaló.
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