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La conferencia del Mediterráneo acuerda reducir, pero no prohibir, los vertidos tóxicos para el año 2005

Había que introducir como fuera la fecha símbolo, el año 2005, que se ha convertido en el tópico del congreso, y así ha sido. La Conferencia para la Protección Ambiental del Mediterráneo finalizó ayer sus sesiones técnicas en Barcelona con la aprobación de una resolución final para reducir de aquí al año 2005 el vertido y las emisiones de sustancias tóxicas, persistentes y bioacumulativas, especialmente de organo halogenados, hasta niveles no peligrosos para el hombre y la naturaleza. Se dice reducir, sin especificar porcentajes; y no prohibir.La prohibición de tales vertidos, defendida sólo por España y las organizaciones no gubernamentales (ONG), quedó finalmente supeditada a las conclusiones de un futuro grupo de trabajo que deberá reunirse antes de julio de 1996 con el objetivo de eliminar para el año 2005, el mayor número posible de dichas sutancias.

La solución de compromiso finalmente alcanzada, tras cuatro días de maratonianas negociaciones, dejó sin embargo satisfecha a la delegación española: "Debernos estar contentos porque el. sistema de toma de decisiones por consenso nos ha impedido ir más allá", señaló María José Gómez, subdirectora general del Ministerio de Obras Públicas. España ciertamente se quedó sola en su defensa de medidas prohibicionistas frente a un amplio grupo encabezado por Francia, Italia, Grecia y la Unión Europea que defendía una propuesta de exclusiva reducción de los vertidos.

Enfado de las ONG

Las ONG, por su parte, siguieron defendiendo hasta el final la necesidad de eliminar todos los vertidos en un plazo de diez años, como los países ribereños habían ya acordado en 1993 en una declaración de principios.Más que los resultados mismos de la conferencia, lo que indignó a las ONG fue que no se permitiera su participación en el comité restringido que durante cuatro días ha cocinado las principales decisiones. Oliva Núñez, de Greenpeace, criticó con dureza el secretismo de las reuniones a puerta cerrada y lanzó la idea de que han sido las empresas químicas las que han presionado para que no se tomaran acuerdos más concretos. Y añadió: "Si en la reunión de ministros no se da un giro radical al contenido de los acuerdos, esta reunión de Barcelona pasará a la historia del Mediterráneo como aquella en la que los gobiernos ribereños lo declararon como basurero tóxico"

Al igual que en el tema de los vertidos tóxicos, la propuesta de 77 ONG mediterráneas para crear un fondo especial de conservación de la naturaleza y de gestión integrada de las zonas costeras tampoco fue asumida totalmente. La resolución final se limita a pedir a la futura comisión mediterránea de desarrollo sostenible que estudie la creación de dicho fondo. La conferencia sí aprobó, en cambio, la petición española de que el Centro de Iniciativas para la Producción Limpia, creado en Barcelona hace un año por la Generalitat de Cataluña, se convirtiese en un centro de referencia para los países ribereños.

La Resolución de Barcelona queda ya sólo pendiente de que los ministros de Medio Ambiente de los 20 estados ribereños la rubriquen mañana con su firma. Con la Resolución de Barcelona se aprobará también un nuevo Plan de Acción para el Mediterráneo, así como un nuevo convenio para la protección del medio marino y la zona costera.

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