El escritor Antonio Muñoz Molina se convierte en el académico más joven
El novelista dedicará su discurso de ingreso a la figura de Max Aub
El novelista Antonio Muñoz Molina (Úbeda, Jaén, 1956) se convirtió ayer en el miembro más joven de la Real Academia Española (RAE), según informó el secretario de la institución, Víctor García de la Concha. El autor de El invierno en Lisboa y colaborador habitual de EL PMS obtuvo en tercera votación catorce votos, frente a ocho que consiguió el historiador Carlos Seco Serrano y cinco en blanco. La candidatura de Muñoz Molina, que ocupará el sillón u minúscula en la Real Academia, fue apadrinada por Luis Goytisolo, Gonzalo Torrente Ballester y Ángel Martín Municio. El escritor comentó, poco después de ser elegido académico de la RAE, que proyecta dedicar su discurso de ingreso a la figura de Max Aub.
La elección de ayer estuvo marcada por la polémica entre los académicos, debido a la retirada del novelista José Manuel Caballero Bonald tras ser presentadas dos candidaturas alternativas a la suya: la del historiador Carlos Seco Serrano, propuesto por Pedro Laín Entralgo, Julián Marías y Gregorio Salvador, y la de Muñoz Molina.El novelista mostró ayer su estupor y gratitud a partes iguales tras la elección, y dijo sentirse muy honrado por "estar con tantas personas de las que he aprendido muchas cosas". Añadió que su entrada en la Academia no variará su relación con la literatura, "que es antigua, fuerte y diaria". "No me voy a poner ahora a escribir en castellano antiguo", ironizó. Muñoz Molina quitó importancia al hecho de que haya sido elegido tan joven por la Academia, ya que "hay como una renovación desde hace tiempo en la gente que ha ido entrando. Además, esa renovación no consiste sólo en que ingrese gente joven, sino en cuestiones tecnológicas que creo que se están haciendo".García de la Concha justificó la elección de Muñoz Molina frente a Seco Serrano diciendo que, en la Academia, existe una tradición no escrita de turnar a un creador con un técnico del idioma. "El turno que correspondía era el de creador", dijo, "aunque la iniciativa de los académicos es libre". El último académico elegido fue el almirante Eliseo Álvarez-Arenas.El secretario de la Academia añadió que otros miembros de la institución han sido también elegidos a una edad tan temprana, y puso el ejemplo de Camilo José Cela, que ingresó con 41 años, y del poeta catalán Pere Gimferrer que fue elegido cuando contaba 39 y que ayer no votó, según informaron otros académicos.Votaciones
En la primera votación, Muñoz Molina obtuvo doce votos; Seco Serrano, diez, y hubo diez en blanco. En la segunda, en la que ya no se contabilizan los votos por correo, Antonio Muñoz Molina subió a catorce, Seco bajó a ocho, y hubo cinco en blanco. Tuvo que producirse una tercera votación, con iguales resultados, puesto que en la segunda se requiere el voto favorable de las dos terceras partes de los académicos presentes, mientras que en la tercera sólo se necesita la mitad más uno.
En un principio, estaba prevista la candidatura única de Caballero Bonald, que renunció a ella cuando surgieron sus dos oponen tes. "Con los años me resulta muy incómodo competir con compañeros a los que admiro y aprecio", dijo ayer Caballero Bonald, al que presentaban Carlos Bousoño,
Francisco Ayala y Claudio Rodríguez. "He preferido renunciar concretamente a esta candidatura porque no me agrada eso, quizá se trate de un exceso de susceptibilidad". El autor de Campo de Agramante no descartó aceptar en el futuro ser propuesto a la Academia siempre y cuando no se sienta incómodo por ello. Muñoz Molina expresó ayer su admiración y gratitud hacia Caballero Bonald, y contó que cuando publicó su primer libro le envió un ejemplar y recibió una carta de respuesta.El académico Emilio Alarcos afirmó anoche que, como todos los que saben crear, "su buen sentido idiomático es lo que puede aportar Muñoz Molina a la Academia". Alarcos dijo que él fue de los primeros que habló del escritor jienense en público, en el año 1989, en un cursillo de novela contemporánea celebrado en Laredo (Cantabria). Entonces ya dijo que era un gran escritor. Según Alarcos, en la primera novela de Muñoz Molina, Beatus Ille, " ya están en germen muchas de las cosas que aparecen luego en El jinete polaco, una novela de más envergadura conectada con la primera en esa recreación del paraíso infantil que hacen implícita o explícitamente casi todos los escritores". De las novelas de Muñoz Molina El invierno en Lisboa y Beltenebros, Alarcos dijo que "van por otro lado: una especie de novela negra y de cine de misterio, otro tipo de literatura".
Babelia
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