Cinco estrellas, sorprendidas en su violento nacimiento

El telescopio espacial Hubble ha tomado las imágenes más detalladas jamás captadas del violento nacimiento de estrellas, confirmando algunas teorías sobre los orígenes estelares, destruyendo otras y creando nuevos misterios que los astrofísicos pueden tardar años en explicar. Las imágenes presentadas muestran cinco estrellas de tamaño ordinario, situadas en distintas regiones de la galaxia, en el proceso de formación a partir de discos de gas y de polvo interestelar llamados discos de acreación. Están en las constelaciones de Orión, Tauro y Vela, en el cielo del hemisferio Sur.

Las cinco estrellas, sin embargo, muestran las mismas espectaculares características. En contraste con la luminosidad constante y plácida que producirán dentro de unas cuantas decenas de miles de años, cuando hayan acumulado suficiente masa y presión para que se inicie la fusión nuclear en su interior, estos objetos estelares recién nacidos han sido sorprendidos por el Hubble en sus primeras etapas cataclísmicas de formación. A medida que el gas y el polvo se precipitan en torbellinos hacia el centro de la cada vez mayor esfera protoestelar, esta materia se calienta enormemente y parte de ella sale expulsada, a cientos de kilómetros por segundo, hasta distancias de miles de millones de kilómetros.De hecho, las estrellas que están naciendo no se ven en las fotos del Hubble, oscurecidas por las nubes de materia que las están creando. En una de ellas, denominada HH-30, a unos 450 años luz de distancia, en Tauro, sólo una proporción ínfima de la luz creada en el cataclismo de formación estelar logra escapar de la nube.

Hidrógeno, helio y polvo

Pero lo que los científicos pueden ver en esa imagen por primera vez es el disco de acreación de HH-30, formado por hidrógeno, helio y polvo interestelar en forma de torta y de un tamaño varias veces superior al del Sistema Solar. El aspecto de este disco se ajusta a modelos teóricos que habían sido desarrollados. En la formación de la estrella, la materia del disco protoplanetario que no resulta capturada gravitacionalmente por ésta podría dar origen a planetas.Las imágenes del Hubble muestran también con gran detalle la estructura y localización de los chorros, cuya existencia se conocía aunque no se había podido definir si se originaban en el disco de acreación o en la misma estrella en nacimiento. Ahora se ve que se forman en el astro, o muy cerca, y que se expanden manteniéndose focalizados en un haz muy fino de origen.

Los astrofísicos explican que estos resultados plantean nuevas preguntas; por ejemplo, acerca de los chorros, que parecen producirse de modo intermitente. En la estrella HH-30 se han observado intervalos de pocos meses entre sucesivas erupciones. Tampoco está claro a qué se deben las oscilaciones en los chorros detectadas en HH-47, un astro en formación a 1.500 años luz de distancia.

Sistema doble

Algunos teóricos sugieren que puede tratarse de un sistema estelar doble y que una estrella compañera de la que emite el chorro es la responsable de las sorprendentes oscilaciones.También se ve la interacción de los chorros con los gases intereestelares y su luminosidad debida a las ondas de choque.

A pesar de las peculiaridades, los astrofísicos han destacado que las diferencias apreciadas en estas cinco estrellas estudiadas con el Hubble son menos significativas que las similitudes que muestran acerca de los primeros pasos de la evolución estelar.

Bruce Margon, astrónomo de la Universidad de Washington, resume: "La conclusión se está haciendo inevitable, el disco de acreación y los chorros son algo mucho más corriente de lo que creíamos. Es algo por lo que toda estrella tiene que pasar".