El juez vuelve a implicar al 'número dos' del PSOE vasco en el 'caso Osakidetza'

El número dos del socialismo vasco, el vicesecretario general José Luis Marcos Merino, ha vuelto a ser relacionado por segunda vez con el intento de fraude cometido en la mayor oferta pública de empleo realizada en el País Vasco, el denominado caso Osakidetza. El juez de Instrucción número 1 de Vitoria, Gregorio Álvarez, dictó el pasado día 1 un auto en el que aporta nuevos datos de su inculpación en un intento de fraude con el que en 1990 se pretendió colocar como funcionarios, algunos de élite, en el sistema sanitario vasco a unos 250 simpatizantes y afiliados al PSE y a la UGT.Merino, diputado en el Congreso, vuelve al Supremo por el mismo caso, después de que el pasado mes de enero el alto tribunal recomendara al juez que investigara más porque el sumario estaba "en agraz". El diputado anunció ayer su intención de recurrir la decisión del juez y expresó una convicción: "En el Supremo la decisión va a ser la misma que antes, me van a exculpar".

Siguiendo las indicaciones para perfeccionar la investigación, el juez ha practicado desde enero diversas diligencias, entre ellas, una serie de gestiones ante la Seguridad Social para comprobar la versión de los hechos que el propio Merino hizo en el Parlamento vasco ante la comisión de investigación creada para hallar responsabilidades políticas.

Merino subrayó en esa comparecencia que su relación con la empresa correctora de los exámenes, Euro Appraisal, se había limitado a unas gestiones para el pago aplazado a la Seguridad Social.

Sin embargo, cuando Merino viajó a Madrid para reunirse con miembros de esa empresa se dieron varias coincidencias que hacen sospechar al juez. Se hospedó en el mismo hotel y por cuenta de la misma empresa, Euro Appraisal, en el que unos días antes se hospedaron dos de los presuntos autores materiales de los cambiazos de los exámenes.

Para el juez, estas reuniones tuvieron como objetivo diseñar una estrategia de confusión para evitar que se conociera cómo se había diseñado el cambiazo en unas oposiciones con 50.000 opositores y 90.000 exámenes que aspiraban a alguna de las 2.500 plazas de 19 especialidades, 11 de ellas para personal no sanitario.