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Las negociaciones pesqueras entre la UE y Marruecos concluyen sin un acuerdo

Ángeles Espinosa

ENVIADAESPECIALDespués de 10 semanas de tanteos, la Unión Europea y Marruecos concluyeron ayer en Rabat su quinta ronda de negociaciones sin un acuerdo sobre pesca. La delegación europea rechazó la petición marroquí de reducir drásticamente las capturas a cambio de la renovación del acuerdo pesquero que, por tres años, da acceso a los caladeros marroquíes a la flota comunitaria, principalmente a la española. Durante la reunión, sin embargo, los representantes europeos plantearon a sus socios españoles la necesidad de rebajar las capturas aunque no hasta donde exige Rabat. Las movilizaciones del sector siguieron en Andalucía y Galicia.

Fuentes de las distintas delegaciones aseguraron su intención de reunirse "próximamente", probablemente en "algunos días", aunque no precisaron el lugar del encuentro. Las posiciones siguen distantes. Después de que la UE calificara de "inaceptable" la propuesta de Rabat de reducir entre un 30% y un 65% las capturas europeas, Marruecos se negó a aceptar la contraoferta lanzada por los negociadores europeos. Una oferta cuyo consenso motivó una prolongada sesión de coordinación en la Embajada comunitaria debido a las discrepancias existentes entre lo que España está dispuesta a aceptar y lo que la Comisión considera razonable. Fuentes de la delegación europea admitieron que el caballo de batalla eran las cifras de reducción de capturas.Al parecer, la Comisión Europea intentó sacar partido de la diferencia entre las toneladas de registro bruto disponibles y las utilizadas en los últimos años. Es decir, del hecho de que hay un margen importante entre las capturas autorizadas en el acuerdo de 1992 (592.656 toneladas) y las que efectivamente se han llevado a cabo (396.920 toneladas). Como media, la ocupación real del caladero ha sido de dos tercios de lo negociado, lo que permitiría aceptar reducciones del 30% sin grandes dificultades.

El problema radica en que la explotación de las diferentes especies no se realiza con la misma intensidad sino que corresponde al distinto interés de cada una. Así, por ejemplo, en el caso de los cefalópodos o los crustáceos, cuyo valor añadido es muy alto, el margen de maniobra es mucho menor que en el caso de las sardinas. Por un lado, la pesca real de ambas especies se aproxima mucho más al tonelaje disponible (86% y 76%, respectivamente) y, por otro, las reducciones solicitadas por Marruecos en esas especies son mayores (65% y 50%).

Para acercar esas posturas tan distantes, la delegación europea acudió anoche a la mesa de negociaciones con unas cifras de salida que fuentes comunitarias calificaron de "muy reducidas". Observadores que siguieron el desarrollo de estas conversaciones estimaron que podrían rondar como media el 15%. Con esta práctica negociadora se pretende obtener una flexibilización en la posición marroquí.

Rabat, sin embargo, mantiene sus exigencias, sin que las fórmulas asociativas sugeridas por la UE hayan logrado rebajarlas. Además de pedir una notable reducción del esfuerzo de pesca, el Gobierno marroquí insiste en que las capturas se descarguen en puertos marroquíes, que el 35% de las tripulaciones de los barcos europeos sean marroquíes, que se duplique el predio de los cánones y licencias, y que se respete un mínimo de dos meses de parada biológica en todas las pesquerías.

Mientras, en España siguieron las movilizaciones. Marineros de buques que faenaban en el caladero canario-sahariano pertenecientes a puertos de la península del Morrazo se encerraron ayer en las dependencias de la Ayudantía Militar de Marín (Pontevedra) para protestar por las pretensiones de Marruecos en las negociaciones, informa desde Pontevedra Óscar González.

En Andalucía continuó la huelga del sector. Los sindicatos consideraron un éxito la protesta que incluyó la manifestación de más de 9.000 personas en Algeciras (Cádiz) y Barbate (Cádiz).

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Sobre la firma

Ángeles Espinosa
Analista sobre asuntos del mundo árabe e islámico. Ex corresponsal en Dubái, Teherán, Bagdad, El Cairo y Beirut. Ha escrito 'El tiempo de las mujeres', 'El Reino del Desierto' y 'Días de Guerra'. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense (Madrid) y Máster en Relaciones Internacionales por SAIS (Washington DC).

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