La historieta pasa hoja
Una nueva generación de aficionados se da cita en el Salón del Cómic de Barcelona
Los nuevos ciclos también se abren y se cierran en el cómic. El Salón del Cómic de Barcelona está levantando acta notarial de que el relevo generacional de autores y aficionados al cómic está garantizado. A medía tarde de ayer los organizadores estaban satisfechos, los casi 50.000 aficionados que habían visitado el recinto desde la mañana del jueves eran jóvenes dispuestos a comprar, a observar las exposiciones y asistir a todas las conferencias y presentaciones que han desbordado la capacidad de la sala de actos. En contra de las apocalípticas previsiones que vaticinaban que el cómic japonés tendría un efecto pernicioso para los adolescentes, los nuevos jóvenes lectores se han acercado al cómic con una actitud crítica, como ha quedado patente en las intervenciones en los actos que se han celebrado.La primera de las actividades que se desarrolló ayer fue la mesa redonda con los ganadores de los premios. El humor fue la nota dominante debido al tipo de historieta que realizan. Kim, el ganador del Gran Premio, reconoció que su dedicación casi exclusiva al cómic de humor se debía a su propia comodidad. "Soy demasiado vago para realizar una historieta más elaborada". Sergio Aragonés reconocía su profunda alegría por el galardón logrado. "Estoy emocionadísimo por haber obtenido el prermio a la mejora obra extranjera, porque si hubiera sido designado como autor español nunca habría ganado nada. En España hay autores mucho mejores que yo". Sergio Aragonés, nacido en Castellón, lleva muchos años afincado en Estados Unidos, adonde se trasladó desde México después de vivir en ese país parte de su infancia y primera juventud. Los representantes de Paté de Marrano, el fanzine ganador de la presente edición, explicaron que regalar chucherías como billetes falsos, golosinas, discos antiguos y peines de plástico, más que una provocación, era una estrategia para aumentar las ventas.
Éste es otro de los elementos que consolidan una nueva generación de aficionados y futuros profesionales del cómic. Actualmente, se editan cientos de fanzines en toda España, entre ellos La comictiva, el propio Paté de Marrano y TMO, que tienen una factura totalmente profesional y cuyas ventas superan en muchos casos a la de las propias publicaciones profesionales de cómic.
Uno de los servicios que ha incorporado Fidomic, entidad que organiza el Salón del Cómic, es una fanzinoteca de consulta pública, Desde. el pasado enero, Ficomic ha recibido cerca de 600 publicaciones.
Este espíritu de profesionafización en el mundo editorial de los fanzines está cada vez más estructurado. Desde Madrid, la distribuidora Distrimagen está haciendo una gran labor para que los principales fanzines puedan ser adquiridos en todas las librerías especializadas en cómic. Miguel Ángel Álvarez, responsable de Distrimagen, comenta un curioso fenómeno de la distribución de fanzines. "Existe un circuito al que nosotros no llegamos, que son los bares. Los lugares de encuentro de la juventud se han convertido en un excelente punto de venta de los fanzines. Incluso se ha creado. un lector habitual de fanzines que normalmente no compra revistas de cómic".
El movimiento de autoeditarse las obras o publicarlas a través de editoriales independientes, basadas en el entusiasmo y el voluntarismo de sus promotores, ha llegado también al campo profesional. Una de las destacadas novedades de este salón es Nosotros los muertos, una revista producida por Max con la colaboración de Pere Joan. La voluntad de crear un nuevo circuito editorial queda patente en esta publicación, en la que colaboran nombres de la talla de Gallardo y Lorenzo Mattotti.
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.