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La oposición pide en Bonn dimisiones por el montaje del tráfico ilegal de plutonio

La oposición en Bonn, socialdemócratas y Los Verdes, exige la dimisión del ministro de Estado en la Cancillería Federal, el democristiano Bernd Schmidbauer, por su responsabilidad, como coordinador de los servicios secretos, en la introducción en Alemania de plutonio procedente de Moscú el 10 de agosto. En. el llamado plutoniogate están implicados varios españoles: dos procesados, dos buscados y otro como agente provocador que trabajaba para el servicio de espionaje alemán (13ND). Al tiempo, la asociación de los pilotos alemanes Cockpit ha presentado querella criminal contra desconocidos por el transporte ilegal de material nuclear en un avión comercial de Lufthansa.

Entre las autoridades alemanas implicadas en el plutoniogate se ha dado el pistoletazo de salida para el sálvese quien pueda. Cada uno de los implicados trata de echar la culpa a otro. En Bonn, el coordinador de los servicios, Schmidbauei-, se lavó las manos y pasó la pelota a las autoridades de Baviera, que tampoco aceptaron cargar con el muerto. Uno de los fiscales de Múnich declaró que había hablado por teléfono con Schmidbauer varias veces antes del 10 de agosto y que en las conversaciones se trató el tema del plutonio. Schmidbauer primero negó, después admitió una parte y acabó metido en un sinfín de falsedades, medias verdades y desmentidos.El ministro del Interior de Baviera, el socialcristiano Günther Beckstein, también intenta salvar su piel y asegura que la premura con que se desarrollaron los acontecimientos impidió que sus subalternos le informaran antes del 10 de agosto de que el plutonio iba llegar a Múnich. Resulta del todo increíble que la decisión de permitir un viaje a un presunto contrabandista colombiano con 400 gramos de plutonio en un avión de Lufthansa fuera tomada al final entre un fiscal de Múnich y unos mandos policiales de rango medio. Esto no cuela y los responsables, por complicidad en la operación o por ignorancia, se encuentran, sin duda, más arriba.

Caiga quien caiga

Ante esta ceremonia de la confusión, el dirigente de la oposición socialdemócrata, el presidente del Partido Socialdemócrata (SPD), Rudolf Scharping, reclama responsabilidades, "sin que importe la persona o su carné de partido". Estas palabras indican con claridad que el SPD está dispuesto a sacrificar, si es preciso, a su correligionario Konrad Porzner, presidente del BNI). No obstante, el objetivo principal de la oposición, SPD y Los Verdes, es Schmidbauer. La comisión de investigación del Parlamento Federal (Bundestag) podría arrojar luz sobre el caso. Las contradiciones entre los implicados y el deseo de salvar la piel pueden contribuir a que salga a relucir la verdad.

La clave está en Rafa

J. C., En el plutoniogate ha desempeñado un papel clave el español Rafa, según se desprende de una cronología de caso que publica esta semana el semanario alemán Der Spiegel que fija en agosto de 1993 el momento en que Roberto, informante del servicio de espionaje alemán (BND) en España, pone en contacto a Rafa con la oficina en Madrid del BND. Rafa procede de una unidad antidroga de la Guardia Civil.

El pasado 9 de junio se organiza el primer encuentro en Madrid con Javier Bengoechea (hoy encarcelado) para la compra de plutonio y Rafa insiste en llevar adelante la operación en Múnich. El 9 de julio, viajan desde Moscú a Múnich en tren con una primera muestra el navarro Julio Oroz y el colombiano Justiniano Torres (también encarcelados). Rafa informa al BND en Madrid de la presencia de plutonio en Múnich.

Rafa se desplaza a Múnich y participa en las negociaciones simuladas para comprar plutonio. El 10 de agosto la policía de Baviera detiene a Torres y Oroz en el aeropuerto de Múnich y a Bengoechea en su hotel. Rafa regresa a España.

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