Nunca se quiso equiparar a ETA con los GAL

La primera página de este diario del día 11 de abril juntaba dos noticias que no tenían que ver entre sí: la confirmación de la identidad de los cadáveres hallados en Alicante y el asesinato del brigada Mariano de Juan en San Sebastián. Esta última se daba con una foto en cuyo pie se decía que el brigada había sido asesinado por el comando Donosti de ETA "por la espalda y de un tiro en la cabeza". La segunda noticia, que abría la información del diario y se titulaba Lasa y Zabala murieron por tiros en la nuca, según los forenses, aparecía inmediatamente debajo de la foto del asesinato de ETA.Algunos lectores, entre ellos Alicia Durán, de Madrid, se han quejado de que al no haber habido separación entre la foto y la noticia "se podía deducir que ambas noticias estaban relacionadas". Y añade Alicia: "Este hecho se ve remarcado porque el objeto. principal del titular y del pie de foto eran coincidentes: el tiro en la nuca; a pesar de que la única noticia en el caso de Lasa y Zabala era que el ADN confirmaba su identidad. Que habían muerto con un tiro en la nuca lo sabía toda España desde hacía 15 días".

Para Alicia, el hecho grave al que, según su opinión, ha podido dar lugar la impaginación de ambas noticias es que "pueda deducirse que ETA y los asesinos de Lasa y Zabala usan los mismos métodos (el tiro en la nuca), que ambos son iguales, o que es una guerra entre ambos o que la respuesta en el tiro a la nuca de ETA puede ser y puede justificarse con tiros en la nuca del "bando opuesto". Y añade: "La cuestión es que no existen dos bandos: existe una organización terrorista, que opera al margen de la ley y en contra de la voluntad de la mayoría de los ciudadanos, españoles en general y vascos en particular. Del otro lado existe el Estado de derecho, una organización que ha costado años de lucha, de esfuerzo y de sacrificio, de voluntad de diálogo, de renuncias a ideales individuales, con el objetivo último de obtener el consenso, a millones de españoles. Un tipo de organización que hemos construido para vivir en paz, acorde a los principios de justicia e igualdad. Un Estado en el que los ciudadanos concedemos el monopolio de la violencia a las fuerzas de seguridad, pero sólo para que actúen dentro de la ley; ni en el borde ni fuera, estrictamente dentro de la ley". Y concluye su carta con estas palabras: "Como ciudadana de este país, me repugna la sola idea de justificar la represión acudiendo a Maquiavelo. Él escribió sobre un estado de monarquía absoluta; nosotros vivimos en una democracia que hemos construido con mucho esfuerzo. Espero que EL PAÍS participe de la defensa de este sistema".

No hubo intención torcida

Lluís Bassets -director adjunto del diario y responsable de la Redacción de EL PAÍS de Barcelona, que ese día dirigió el periódico desde Madrid en ausencia del director, Jesús Ceberio-, interpelado por el Defensor del Lector, ha querido despejar enseguida la preocupación de la lectora afirmando: "No fue en modo alguno intención de quienes elaboramos la primera página ese día el conducir a una interpretación que establezca simetría entre dos tipos de terrorismo. Entre otras razones, porque sugerir tal interpretación estaría en flagrante contradicción con la línea y el comportamiento profesional que ha tenido y tiene este periódico en relación con cualquier tipo de terrorismo".Y admite también Bassets: "Está claro que la foto podía haber sido recuadrada, subrayando así la inexistente relación entre acontecimientos. No se hizo y probablemente hubiera sido mejor hacerlo", aunque añade: "No creo, sin embargo, que el recuadro hubiera impedido una interpretación como la que ha hecho la lectora".

¿Pero era necesario presentarjuntas ambas noticias? El director adjunto lo explica. así: "La primera página de un diario junta cada día temas que no tienen conexión alguna entre sí, por lo que el lector tiene la posibilidad y el derecho de extraer relaciones entre dichas noticias. En el caso que nos ocupa, la interpretación que hace la lectora es legítima, como lo son muchas otras, aunque no responde a la intención con la que se elaboró la primera página. Había dos noticias encima de la raesa: una, la identificación de los cadáveres, gracias a que nuestra Redacción había tenido acceso al informe; la otra, el asesinato. Valoradas ambas noticias llegamos a la conclusión de que las dos debían tener un reflejo en la primera página".

En cuanto a la afirmación de la lectora de que ya desde hacía 15 días toda España sabía que Lasa y Zabala habían muerto "por un tiro en la nuca", dando a entender que no era tan noticia, Bassets responde que eso es cierto, pero que sólo gracias al informe publicado aquel día por EL PAÍS los lectores pudieron saber que tal información quedaba avalada oficialmente por los forenses".

Evitar malentendidos

Este departamento ha querido interrogar sobre la carta de la lectora a Fernando Savater, catedrático de Ética y fino observador de los problemas del terrorismo de ETA. Según el filósofo, "hay que admitir que, dado que hay mucha gente escamada con las barbaridades que se suelen decir sobre los GAL, alguien pudo tener ese día la impresión, como la lectora de Madrid, de que el periódico quería juntar las dos noticias como si fueran la cara y cruz de la misma moneda". El mensaje que podría deducirse, dice Savater, es: "Vaya lo uno por lo otro". Y cree que, en estos casos que tocan tanto la sensibilidad de la gente, "lo mejor es no dar la impresión de que se está enviando un mensaje que en realidad no es el de este periodico".Savater nos recuerda a los periodistas que "los diarios no son sólo texto, sino también gráfica y composición", y que dicha disposición gráfica de las noticias puede resultar muy importante, sobre todo "para quienes leen sólo los títulos o miran las fotos, llevándose una impresión negativa de una información que en el caso de EL PAÍS, y concretamente sobre el tema del terrorismo, es siempre muy correcta".

"¡Defiéndame!"

Enrique de Aguinaga, catedrático emérito de la Universidad Complutense de Madrid, ha enviado ya cinco cartas al Defensor del Lector con un SOS: "¡Defiéndame, señor Arias!". Se siente quejoso de un artículo que en este diario escribió Joaquín Estefanía en el que afirmaba que había sido Sánchez Bella quien ordenara la voladura del edificio del diario Madrid el 24 de abril de 1973, ya que, a su entender, es falso.Al Defensor del Lector le pareció que podía tratarse de un asunto discutible y así se lo hizo ver al ilustre lector, quien ha seguido, sin embargo, pidiendo ayuda a este departamento porque, a su parecer, "se ha vulnerado la verdad". Y quiere que los lectores sepan que él está convencido de que Estefanía no estaba en la verdad. ¡Avisados, pues, los lectores y, espero, desagraviado por fin el catedrático!Los lectores pueden escribir al Defensor del Lector o telefonearle al número 91 / 3377836.