Francia se come a España
El país galo ha multiplicado por 10 sus exportaciones agroalimentarias al mercado español desde 1985
Durante los últimos años, desde el ingreso de España en la Unión Europea, Francia ha multiplicado por 10 sus exportaciones agroalimentarias a España con un volumen en 1994 de 345.000 millones de pesetas frente a los 33.000 millones de 1985. Por el contrario, en el mismo periodo las exportaciones españolas hacia el país vecino de los mismos productos pasaron de 91.000 a 278.000 millones de pesetas. La balanza agroalimentaria, que tradicionalmente era favorable a España cambió en 1989 y la tendencia es a segur crecienbdo año tras año. Sólo en productos hortofrutícolas, la diferencia es claramente favorable a España: del total de exportaciones citadas, casi 170.000 millones de pesetas, corresponden a este segmento (Véase gráfico); es decir, el 61%.Pero, al margen de los productos hortofrutícolas, los otros sectores en los que hay intercambios comerciales apenas tienen un peso específico. En la parte contraria de la balanza, Francia ha disparado sus ventas agroalimentarias a España. Destaca especialmente la carne, los cereales, los productos lácteos, los alimentos preparados y la pesca (una gran parte de las capturas que hacen los pescadores franceses se vende. en España, donde el consumo de pescado sigue creciendo).
En frutas y legumbres, sin embargo, la diferencia es casi abismal para España, a pesar de que los productos franceses hacia España también han crecido. Por eso, no extraña que muchas voces se levanten cada año en Francia contra la "invasión" de productos españoles, sobre todo la fresa, producto en el que Francia es el principal receptor de España.
La agresión de agricultores franceses constituye la culminación de una serie de amenazas contra esas exportaciones españolas. En medios agrarios y de la propia Administración española se temían ya este tipo de acciones desde hace algunas fechas, razón por la cual, incluso en el periodo de Semana Santa, se limitaron voluntariamente los envíos a ese mercado.
A diferencia de los sucesos de hace un año, en esta campaña, las agresiones tienen, al menos, dos componentes nuevos: los productos amenazados y las organizaciones autoras de los actos de vandalismo y los chantajes.
En los últimos dos años, la campaña de agresiones contra las exportaciones españolas fue comandada fundamentalmente por la llamada Coordinadora Rural sindicato que se calificaba por la Administración francesa como de corte radical y de incontrolados. Este año, las amenazas y agresiones se han alentado tanto por la citada organización como por el llamado Comité de Defensa de, Frutas y Hortalizas de Lot y Garonne, pero también por responsables de la potente Federación Nacional de Sindicatos de la Explotación Familiar (FNSEA). No deja de extrañar esto, aunque responsables sindicales aseguran que es una acción de incontrolados.
Además de la fresa, existe un fuerte temor a que se vean amenazadas otras producciones hortofrutícolas como los tomates, espárragos y zanahorias. Los temores se han trasladado a los agricultores portugueses y marroquíes.
Advertencias y negociaciones
Dentro de las campañas contra los productos españoles, varios centros comerciales recibieron advertencias sobre los riesgos que corrían caso de seguir adquiriendo productos hortofrutícolas en el exterior mientras exista oferta nacional. Algunas firmas importantes españolas en la exportación ya han sido advertidas por sus distribuidores franceses sobre la existencia de esta amenaza y la posibilidad de limitar las compras a los productos que realmente no supongan competencia. Estas advertencías ya se han dejado sentir en las ventas de los últimos días.
En medio de la tensión, se ha tratado de alcanzar acuerdos. Los agricultores galos sugirieron a los españoles limitar exportaciones para no perjudicar la producción del país vecino. Los agricultores franceses pretenden que España se retire de ese mercado desde el 15 de abril en el caso concreto de las fresas hasta final de mayo (campaña francesa) y que, en cualquier caso, las ventas del producto español no bajen de los 20 francos por kilo.
A cambio de estas concesiones que deberían hacer los agricultores españoles, los productores franceses se comprometían a apoyar en Bruselas las reivindicaciones españolas para modificar la Organización Común del Mercado de Frutas y Hortalizas de cara a lograr precios de retirada para determinadas producciones que interesan a España.
Para los representantes españoles, esas pretensiones fueron consideradas siempre como inaceptables en un Mercado único y señalan que nunca se van a plegar a los chantajes de los productores franceses y advierte que es indispensable que actúe la Comisión así como la Administración francesa. La Comisión, a su juicio, debería haber actuado con mucha mayor dureza y agilidad contra los agricultores franceses desde hace un año, tras los otros asaltos a camiones.
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