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Tanzania desoye a la ONU y se niega a reabrir su frontera con Burundi

El Gobierno de Tanzania se negó ayer a atender la petición de Naciones Unidas de reabrir su frontera a los refugiados ruandeses que huyen de la violencia étnica desencadenada en la vecina Burundi. "Es una decisión que vamos a mantener. No vamos a ceder a las presiones, vengan de donde vengan", afirmó el ministro de Defensa de Tanzania, coronel Abduralrahman Kinana, en conversación telefónica con la agencia Reuter en Nairobi. Kinana acusó a la comunidad internacional de prestar poca atención a Burundi, donde cientos de personas han sido asesinadas en las últimas semanas, y de no hacer nada para obligar a Ruanda a reintegrar a sus refugiados.Tanzanía, que acoge a casi 700.000 desplazados de diversos países africanos la mayoría de ellos de Ruanda-, cerró el viernes su frontera con Burundi para impedir la entrada de 57.000 refugiados ruandeses de la etnia hutu instalados en campos al norte de este país que huían de los ataques lanzados contra ellos por el Ejército de Burundi, de mayoría tutsi.

El coronel Kinana respondía así al llamamiento, realizado pocas horas antes por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) para que Tanzania reabriera su frontera. La petición de la ONU se produjo tras conocerse que soldados de Burundi y radicales tutsis dieron muerte a 400 civiles la semana pasada en Gasorve, localidad situada a tan sólo 22 kilómetros de la frontera con Tanzania. Esta cifra, proporcionada por cooperantes extranjeros y por el embajador de Estados Unidos, Robert Krueger, fue desmentida ayer por el Ejército de Burundi, que asegura que sólo hubo 20 muertos.

Otras matanzas

El ACNUR indicó ayer también que tenía informes sin confirmar aún sobre otras matanzas de proporciones similares en dos pueblos del este de Burundi y que los soldados desplegados por Tanzania a lo largo de su frontera con Burundi han recurrido a la fuerza para impedir la entrada en el país de los refugiados ruandeses u obligarles a regresar a los campos.

El director general de la Unesco, Federico Mayor Zaragoza, declaró ayer en París que "las matanzas perpetradas en Burundi en nombre del fanatismo étnico son inaceptables e injustificables", e invitó a las partes en conflicto a iniciar el diálogo y la reconciliación nacional. Esta misma opinión es compartida por la ONU, que trata de edificar un marco de diálogo capaz de evitar un genocidio a gran escala como el que sufrieron los tutsis el año 1994 en Ruanda.

Por otra parte, la Unicef informó ayer que el 45% de los cadáveres que yacen en las fosas comunes descubiertas hasta la fecha en Ruanda son dé niños. Según los cálculos de las organizaciones dependientes de la ONU, de las 800.000 personas asesinadas el año pasado en ese país, 300.000 eran niños o adolescentes.

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