Más de 100 muertos por luchas entre grupos rivales kurdos en el norte de Irak

La intervención de 38.000 soldados turcos en el norte de Irak, que ayer cumplió su noveno día, no sólo se ha cobrado la vida de los 269 guerrilleros del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) que el Estado Mayor de Ankara dice haber abatido, sino que parece haber resucitado el odio entre las facciones kurdas iraquíes. Una de ellas, la Unión Patriótica del Kurdistán (UPK), de Jalal Talabani, reveló que al menos un centenar de peshmergas (milicianos) murieron ayer en Arbil en choques con la guerrilla del Partido Democrático del Kurdistán (PDK), de Masud Barzani.Arbil es la capital de un territorio autónomo de Bagdad gracias a la protección que las potencias occidentales dispensan a los kurdos iraquíes frente a las tropas de Sadam Husein, que tienen formalmente vetado traspasar el paralelo 36. La lucha por la posesión de esta ciudad -la artillería de Bagdad se encuentra a menos de 10 kilómetros-, en manos de Talabani, y por los puestos fronterizos con Turquía, controlados por Barzani, desató hace un año violentos combates entre las milicias del PDK y la UPK.

El enfrentamiento de los peshmergas iraquíes se suma a los ataques del Ejército turco contra los milicianos del PKK. Ankara aseguró ayer que había abatido casi a un centenar de guerrilleros kurdos del PKK en la montañosa región de Hakurk, en el extremo oriental de la frontera turco-iraquí. Al otro lado de la línea divisoria, en el vértice con Siria, los milicianos siguen infiltrándose en Turquía, a pesar de que el Ejército turco se ha apoderado de fortificaciones iraquíes.

Mientras, el Gobierno de Ankara sigue estando en el punto de mira de la diplomacia occidental. Tras la retirada de la ayuda militar de Alemania, la Administración estadounidense ha lanzado una seria advertencia contra las pretensiones de Turquía de perpetuar su presencia en el norte de Irak para crear una franja de seguridad frente a la guerrilla kurda. El secretario de Estado norteamericano, Warren Christopher, telefoneó ayer a la primera ministra turca, Tansu Çiller, para expresarle su preocupación por la extensión de la operación militar.

Evacuación de refugiados

Por otro lado, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) planea evacuar mañana a otros 3.000 refugiados kurdos de la zona de Zajo, en el Kurdistán iraquí, hasta el campamento de Atrush tras el éxito de la operación del pasado domingo, en la que transportó a 1.400 personas, informa Ana Fernández desde Ginebra.

Cerca de 200 personas convocadas por el Frente de Liberación Patriótico del Kurdistán, próximo al PKK, irrumpieron ayer en la sede de las Naciones Unidas en Ginebra con el propósito de "enviar el mensaje al mundo de que Turquía ha Violado las leyes de la ONU".

En España, el Comité de Solidaridad con Oriente Próximo difundió ayer un manifiesto de apoyo al pueblo kurdo en el que se denuncia la pasividad de la ONU ante la violación por Turquía de la "zona de exclusión" del norte de Irak.

"Puesto que el Consejo de Seguridad decidió limitar la autoridad del Gobierno iraquí al norte del paralelo 35, es ahora responsable de garantizar el respeto al derecho internacional en el área", se argumenta en el comunicado, firmado por responsables de organizaciones políticas, como los eurodiputados Carlos Carnero (IU) y Francisca Sauquillo (PSOE) o el diputado en el Congreso Diego López Garrido (IU), y humanitarias, como los presidentes de la Asociación Pro Derechos Humanos, José Antonio Gimbernat, y de Médicos del Mundo, Pilar Estébanez.