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Argentina se compromete a ingresar 2.400 millones de dólares por privatizaciones

Juan Jesús Aznárez

La carta de intenciones del gobierno argentino que el directorio del Fondo Monetario Internacional (FMI) deberá aprobar para poder proceder al progresivo desembolso de los 2.700 millones de dólares concedidos por esta organización, calcula una recaudación de 2.400 millones de dólares (casi 3 10.000 millones de pesetas) por nuevas privatizaciones y establece que el ajuste fiscal más duro llegará después de las elecciones generales de mayo, concretamente a partir del próximo mes de julio.El Ejecutivo, entre otras metas, se compromete a convertir los 1.259 millones de dólares déficit registrados en el primer trimestre de este año en un superávit de 624 millones en el segundo. Mientras tanto, la crisis financiera, con un número importante de pequeños bancos condenados al desguace y otros apartados del sistema para evitar el contagio, se cobró una nueva víctima: el Banco de Coronel Dorrego, que en principio cierra durante 30 días por problemas de liquidez.

Los cálculos de algunos analistas económicos situan en unos 2.000 millones de dólares, el monto que las entidades en peligro de desaparición adeudan al Banco Central. El problema de liquidez es de tal envergadura que bancos como el Boston y el Citibank llegaron a ofrecer hasta un 20% de intereses para los depósitos superiores al millón de dólares. La penuria financiera de Bancos y empresas, a la espera del desembolso de los créditos negociados y concedidos, se vive con preocupación, y angustia en los casos más graves. Además asesta fuertes dentelladas a las reservas de libre disponibilidad de la entidad emisora, que aprieta el dogal tratando de controlar las sacudidas generadas por la devaluación mexicana.

El diario Clarín informó sobre una de ellas: el Central exige ahora un "certifificado de buena conducta" a los bancos extranjeros que presten fondos a los bancos locales. "Pero no conforme con esto, decidió que los otorgantes deben ser únicamente dos entidades norteamericanas: las agencias de calificación Standar&Poor y Moody's.

Cifras oficiales, admitidas en la documentación presentada al Fondo Monetario Internacional, revelan la magnitud del revolcón gaucho. Desde la devaluación mexicana, la pérdida de reservas supera en estos momentos los 5.500 millones de dólares, aunque las autoridades monetarias aseguran que la fuga se ha detenido y los fondos huidos volverán en su mayor parte. El respetado economista argentino, Guillermo Calvo, director del Centro de Economía Internacional de la Universidad de Maryland, piensa que "va a ser difícil ver que esos fondos regresen en 1995. Este va ser un año muy duro. No veo crecimiento y tal vez haya recesión. Después de eso, Argentina habrá pasado un examen duro y si se manejan las cosas bien soy muy optimista".

Otra consecuencia de la crisis ha sido una baja a acumulada de hasta un 50% en el mercado de valores y reducciones de hasta un 45% en el precio de los bonos. La carta de intenciones enviada al FMI, firmada por el ministro de Economía, Domingo Cavallo, y el máximo responsable del Banco Central, Roque Fernández, reitera el compromiso del Ejecutivo de mantener a toda costa la paridad entre el peso y el dólar y admite una situación ya sabida: la alarmante situación financiera de las provincias. La deuda interna y externa aumentará en 2.550 millones de dólares hasta colocarse en 82.890 millones cuando concluya el presente ejercicio.

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