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CONFLICTO PESQUERO

El contencioso pesquero con Marruecos relegará a un segundo plano el conflicto canadiense

Es posible que dentro de seis semanas el contencioso hispano-canadiense persista, pero otro conflicto pesquero lo relegará, probablemente, a un segundo plano. El Gobierno español teme que el 1 de mayo la flota andaluza y canaria que pesca en aguas de Marruecos y del Sáhara se vea obligada a interrumpir su actividad por orden de Rabat. El parón durará, por lo menos, hasta pasadas las elecciones municipales y autonómicas, a menos que los negociadores marroquíes no obtengan rapidamente concesiones sustanciales y no sólo en materia pesquera.

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El ministro de Asuntos Exteriores, Javier Solana, habló. el lunes en Estrasburgo con la comisaria europea de Pesca, la italiana Emma Bonino, del apresamiento del Estai por la marina canadiense pero también abordaron con preocupación el enfrentamiento que se avecina con Marruecos, según fuentes diplomáticas.El 30 de abril vence el actual acuerdo pesquero con Rabat y el director de Pesca de la Comisión Europea, José Almeida, no ha logrado todavía sentarse en la mesa con su homólogo marroquí, Mohamed Rami. La negociación tenía que haber empezado ayer, pero todo hace prever que, en el mejor de los casos, dentro de seis semanas, comunitarios y marroquíes apenas habrán empezado a discutir.

Como arma de presión, Rabat se negará, casi con certeza, a "parar el reloj el 30 de abril. Al vencer el acuerdo, exigirá, por tanto, la salida de sus aguas de los 700 pesqueros comunitarios, en un 93% españoles. La delegación marroquí podrá confiar en la eficacia de su presión porque faltarán entonces cuatro semanas para las elecciones municipales.

La diplomacia española cayó en esta trampa a principios del otoño, cuando Rabat convirtió la revisión técnica del acuerdo pesquero vigente en una auténtica renegociación. Para evitar que la revisión se empantanase, el entonces comisario de Pesca, el griego Yannis Paleokrassas, aceptó recortar en un año la duración del acuerdo que, en principio, vencía en abril de 1996. Los ministerios españoles de Asuntos Exteriores y de Agricultura le dieron su visto bueno.

Las revindicaciones que Rabat planteó durante la revisión técnica, que quedó suspendida, constituyen un anticipo de lo que exigirá durante la negociación: Recorte a la mitad de las capturas de cefalópodos y camarones, supresión de la pesca de algunas especies como la merluza negra, extensión de los parones biológicos y aumento del precio del acuerdo por encima de los 15.600 millones de pesetas anuales (85% abonado por la Comisión, y el resto por los armadores).Las pretensiones marroquíes trascienden, incluso, las compensaciones económicas. El rey Hassan II aspira a una relación privilegiada con la UE que debería quedar plasmada en un acuerdo llamado de euroasociación, actualmente estancado. Y mientras Bruselas no se lo ofrezca, utilizará el arma de la pesca para lograr su objetivo.

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