El mapa genético del perro evitará las malformaciones por cruces consanguíneos
Más de 300 enfermedades hereditarias afligen a la mayoría de las razas caninas conocidas, siendo pocas las variedades libres de una o más afecciones genéticas. Todo indica que esta situación irá a peor, por cuanto los propietarios de los perros cruzan sus animales sin preocuparse por la proximidad de parentesco, lo que contribuirá a fijar los defectos que, a partir de entonces, siempre aparecerán en sus descendientes."En razas como gos d'atura, pastor catalán o mastín español, hasta tres de cada cuatro ejemplares presentan una dolencia hereditaria, de acuerdo a mi práctica clínica", señala Enrique Ynaraja, de la Asociación de *Veterinarios Especialistas en Pequeños Animales. Destacan la displasia de cadera, una deformación ósea que traba el andar de los pastores alemanes, y la estenosis pulmonar, causante de dificultades cardiorrespiratorias en boxers. Incluso los perros que sirven de lazarillos a los ciegos pierden la vista por causa de la atrofia progresiva de la r etina.
"La falta de pautas científicas en la crianza de los perros permite la difusión de una multitud de defectos hereditarios, desde malformaciones de boca, tráquea y testículos hasta problemas congénitos del iris y el corazón", dice el veterinario. Los científicos han decidido no cruzarse de brazos ante la proliferación de las anomalías genéticas. La elaboración del mapa genético del hombre, el Proyecto Genoma Humano, ha desatado una fiebre emulativa entre biólogos y veterinarios para acometer empresas similares que diluciden los secretos de los códigos que rigen la herencia de otros animales.
Diagnóstico
La iniciativa de trazar el mapa del ADN canino nació en el Reino Unido. Desde 1991, la Universidad.d e Leicester trabaja con las de Berkeley y Chicago (EE UU) para producir herramientas para el diagnóstico y la erradicación de los trastornos genéticos de los perros.
En el Proyecto Genoma Canino se buscan, sobre todo, los genes que pueden funcionar como marcadores concretos de una alteración hereditaria. Para tal fin se localizan microsatélites, secuencias cortas de ADN que sirven de marcadores por hallarse próximas a genes específicos. Identificado el marcador ligado a un gen defectuoso, se puede hacer el diagnóstico de enfermedades, puesto que el análisis de ADN extraído de la sangre de un perro puede determinar la presencia del marcador y, por ende, del gen fallido.
Hasta ahora, los anglosajones han localizado 400 marcadores, lo que representa un acopio considerable. de información suficiente para elaborar pruebas de diagnóstico precoz.
Otra aplicación de los microsatélites es el control de paternidad, que abre el camino a estudios de variabilidad genética en de una misma raza. "Es una técnica con un campo enorme", asegura Javier Cañón, catedrático de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense (UCM), que dirige la puesta a punto de un método de control de paternidad estándar. "Pueden bastar 12 o 15 microsatélites para asignar la paternidad de un especimen a un presunto padre", dice. Esta técnica permitiría sustituir los actuales certificados de pedigrí, basados en la declaración jurada del criador, por acreditaciones avaladas por el análisis genético.
Cuadros genealógicos
"No sólo se eliminarían las estafas manifiestas de perros vendidos con un pedigrí que no es el suyo, sino que se obtendrían cuadros genealógicos exactos que servirían para retirar de la cría a los animales con defectos hereditarios", explica el veterinario Enrique Ynaraja.
Dada su trascendencia económica, se ha acometido el mapa genético de animales y aves de producción, y ya hay mapas avanzados de la gallina doméstica, ganado vacuno, porcino y ovino. Están en marcha también investigaciones para la localización de los genes responsables de determinadas enfermedades, como el proyecto del departamento de producción animal de la UCM con científicos belgas para detectar el gen de la hipertrofia muscular en las vacas asturianas.
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