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Canada apresa al pesquero español 'Estai' tras cinco horas de persecución en aguas internacionales

Ayer a las once de la noche era finalmente apresado por tres patrulleras canadienses el congelador gallego Esta¡, después de cinco horas de persecución en alta mar. Para ello los canadienses tuvieron que abrir fuego con uno de sus cañones de a bordo. Consumado el abordaje, los marinos militares procedieron a esposar a los oficiales gallegos como delincuentes y tomaron el mando del congelador, poniendo rumbo, se suponía, al puerto canadiense más cercano, el de Saint Jones.

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Ya de madrugada, las autoridades canadienses reconocieron el apresamiento del pesquero español, un hecho que habían desmentido con insistencia durante las horas previas, mientras se producía su persecución en aguas internacionales. Ottawa pidió el lunes a los barcos europeos -mayoritariamente españoles, aunque también hay algún portugués- que dejaran de pescar fletán negro (una variedad de lenguado) en esta zona.La sala de radio de la Cooperativa de Armadores de Vigo vivió ayer por la tarde una jornada paramilitar, reconvertida en imponente estado mayor de una flota pesquera sobre la que se cernieron las tres patrulleras canadienses. "Rabia contenida, eso es lo que sentimos", declararon sus portavoces cuando el apresamiento se había consumado. "Esperemos que mañana las autoridades comunitarias respondan convenientemente". Una desolación desinflada se apoderé del edificio y de toda la ría viguesa.

Nervios a flor de piel

Desde que Canadá hizo patente su decisión de emplear la fuerza enviando tres patrulleras y un destructor contra los 18 congeladores gallegos que faenan en los caladeros del fletán negro, las comunicaciones con ellos, con el Gobierno español y con las autoridades pesqueras comunitarias han sido constantes. Con los nervios a flor de piel en todo momento, tratando de canalizar la protección que reclamaba la radio desde alta mar. Ayer, sobre las seis de la tarde, se alcanzó un punto de inflexión determinante en esta "guerra del fletán negro".

El Estai, de la empresa armadora Pereira de Vigo y con 27 tripulantes a bordo, se encontraba faenando en la zona señalada como 3L en las cartas marinas del Atlático Norte, a 245 millas de la costa canadiense. A las seis de la tarde comunicó el avistamiento de las tres patrulleras que se dirigían hacia él. Poco después estas unidades militares ya habían lanzado sobre la cubierta del congelador gallego los cabos con garfios. y ganchos que pretendían inmovilizarlo para proceder al abordaje.

La tripulación gallega, comandada por el capitán Serafín Blanco, fue presa de una gran agitación, según traslucían sus comentarios por la radio. El Estai zarpó hace tres meses de Vigo y ya había permanecido parado más de mes y medio. Lo normal es que hubiera continuado otros tres meses para reunir una marea de 800 toneladas de fletán negro pero todo se estaba poniendo en contra.

Ayer, cuando los marinos canadienses se disponían a acoderar el Esta¡ al costado de una de sus patrulleras, Serafín Blanco ordenó a sus hombres que cortaran los cabos del abordaje y también las propias redes de su barco, que mantenía echadas, para a continuación emprender una huida a toda máquina "hacia España". A-1 mismo tiempo lanzó al aire, al resto de la flota que pudiera hallarse por las inmediaciones, un mensaje de socorro.

Otros cinco barcos españoles acudieron a la llamada del Estai y con sus maniobras y zigzagueos de impensada regata fueron dificultando el abordaje de aquél durante cinco largas horas, que se fueron viviendo con gran tensión, minuto a minuto, desde la estación de radio de Vigo. Finalmente, el Esta¡ fue rodeado. Desde las fragatas se utilizaron potentes cañones de agua contra el congelador español y, como esto tampoco parecía dar resultado, el responsable de la flotilla canadiense ordenó disparar uno de sus cañones de fuego real, aunque con intención intimidatoria. Ahí se entregó el Esta¡ y, sobre los nervios que dominaban las actuaciones tanto en tierra como en alta mar, resonaron blasfemias sobre mil millas de distancia, en toda el área cuyas profundidades habita el fletán negro.

[El patrón del Estai había declarado poco antes a la agencia Efe por radio: "Si las patrulleras canadienses disparaban no tendré otro remedio que parar los motores del buque, aunque yo he puesto rumbo a proa del Este, hacia España y estoy en aguas internacionales. Blanco calificó la situación de "caótica y tremendamente preocupante" y resaltó que no estaba dispuesto a poner en peligro la vida de la tripulación, "pese a que la razón y el derecho internacional nos asiste".

Manifestó también que los otros barcos españoles, entre ellos el Playa de Sartaxel, habían sido amenazados y recibido cañonazos de agua para que no le ayudaran a escapar. El capitán Blanco explicó también que confía en que las medidas de represalia anunciadas por la comisaria de Pesca de la Unión Europea, Enma Bonino, "sean realmente efectivas y obliguen a Canadá a respetar los acuerdos de derecho marítimo".]

Por su parte, el Sindicato de Comisiones Mariñeiras del sector del Mar de CC OO de Galicia hizo público anoche un comunicado en el que expresa su "más enérgica protesta por la flagrante agresión".

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