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José María Plaza sigue muy grave

Afectado de 'síndrome compartimental', el torero fue operado ayer por tercera vez

El matador de alternativa José María Plaza, herido el pasado domingo en la plaza de toros de Torres de la Alameda (Madrid), sigue muy grave. Los médicos que le atienden en el hospital Doce de Octubre, donde permanece ingresado, esperan a que evolucione el síndrome compartimental que padece (inflamación de la zona lesionada, que queda atrapada por los envoltorios musculares), y ayer fue intervenido quirúrgicamente, por espacio de dos horas, para solucionar un problema circulatorio que se había producido en el pie de la pierna derecha, donde recibió la cornada.

El síndrome compartimental es consecuencia de los destrozos que sufrió en el triángulo de Scarpa, con rotura completa de la vena femoral, arrancamiento de la arteria femoral profunda y contusión de la femoral común, según informa el parte facultativo emitido en la tarde de ayer en la residencia sanitaria Doce de Octubre. Y añade: dado que la evolución de la extremidad no ha sido satisfactoria, se ha aumentado la liberación de los compartimentos musculares de la pierna.Al sufrir la cornada, que produjo de forma instantánea una gran hemorragia, José María Plaza fue intervenido en la misma enfermería de la plaza por los doctores Alcorta, García Padrós, Alonso y Crespo Neches, todos ellos del equipo médico de la plaza de Las Ventas, quienes le repararon las lesiones arteriales e hicieron una anastomosis de los extremos venosos.

Posteriormente el torero fue trasladado al hospital madrileño Doce de Octubre, y tras el reconocimiento de las heridas se le sometió a una segunda operación, que duró desde las 21.30 horas hasta hasta las 3 de la madrugada del lunes. Estuvo a cargo de la doctora Inés Valderrama, quien entre otras intervenciones hubo de limpiar un trombo e incluso hacer un injerto de femoral de la pierna izquierda a la derecha herida, pues justo donde penetró el pitón ya había sufrido José María Plaza otra fortísima cornada hace 10 años, precisamente en Torres de la Alameda.

La trayectoria de la cornada, de 20 centímetros, que sufrió Plaza el pasado domingo, no sólo ha producido muy graves desgarros arteriarles y ve nosos sino también en los intestinos.

Los médicos observaron ayer que se producían problemas circulatorios en el pie derecho del torero y a las 3 de la tarde lo ingresaron por tercera vez en el quirófano, para una operación que duró dos horas. El resultado fue satisfactorio, y al recuperarse de la anestesia, el torero, que se encontraba consciente, habló con los doctores y evidenció un buen estado de ánimo.

El doctor García Padrós, que visitó ayer a Plaza y tuvo con él una amigable conversación, comentó a un redactor de este periódico que durante 48 horas aún persistirá el peligro de que surjan complicaciones. Y añadió: "La recuperación total forzosamente habrá de ser larga, aunque confían en que no le quedarán secuelas en la pierna. De todos modos es algo que no se sabrá con certeza incluso después de la recuperación, porque es muy difícil vaticinar cuáles pueden ser las consecuencias a largo plazo de una cornada que ha ido a producirse exactamente donde ya había sufrido otra asimismo muy grave".

La corrida del domingo era la segunda que toreaba José María Plaza en la presente temporada. El festejo de Torres de la Alameda se celebró en tarde muy ventosa y desapacible. Precisamente las ráfagas de viento provocaron que Plaza se viera comprometido en los lances de capa. Llegado el último tercio continuaban las mismas condiciones climatológicas, y al instrumentar el tercer muletazo, el toro hizo presa en el torero. Lo volteó aparatosamente, prendido por la hombrera, y después de derribarlo aún hizo por él, lanzándole derrotes. La impresión general fue que había sido herido en el pecho, pero cuando Plaza se incorporó y corrió hacia la barrera, con gesto de dolor, pudo apreciarse la hemorragia que manaba de la zona inguinal. Plaza se sujetó la herida con ambas manos y tanto las cuadrillas como las asistencias se apresuraron a trasladarlo a la enfermería.

Extraño destino

La suerte no ha acompañado a José María Plaza en su trayectoria profesional. Tuvo unas prometedoras actuaciones en el coso de Las Ventas, que hacían presagiar una brillante carrera, pero carecieron de la necesaria continuidad y en las últimas temporadas toreó poco. No obstante buscaba con ahinco recuperar el buen cartel y lo hacía con decisión y su buen estilo característico. El percance más grave lo había sufrido de novillero en Torres de la Alameda, y por una extraña pirueta del destino habría de padecer otra cornada peor, en la misma cicatriz y en el mismo coso, diez años después.

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