Empleo andaluz

LA SITUACIÓN política andaluza, que sigue siendo extraordinariamente complicada, parece haber entrado en una fase de mayor sosiego. Primero, porque se ha conseguido firmar un Pacto por el Empleo con participación de los agentes sociales, y segundo, porque el bloqueo institucional con que se inauguró el año ha resultado insostenible con vistas al aprovechamiento de los imprescindibles fondos de la Unión Europea.La altísima tasa de paro que sufre la región y la cruda realidad impuesta por funcionarios europeos que no quieren oír hablar de conflictos internos han conseguido introducir algo de racionalidad, tanto en sindicatos y patronal como en el plano más estrictamente político. Gobierno y oposición, al menos el Partido Popular, se han dado cuenta de que no era posible esperar paralizados hasta las elecciones municipales de mayo, tirando por la borda cinco meses precisamente cuando se inicia la recuperación económica.

La crispación política provocada por el debate de los presupuestos regionales (que Chaves retiró en una decisión -sin precedentes), las sucesivas reprobaciones parlamentarias de miembros del Ejecutivo (sin efecto práctico) y el anuncio de Izquierda Unida de que ya no apoyaba al presidente de la Junta (lo que ha dejado a Chaves en minoría permanente en la Cámara) calentaron el ambiente hasta producir entre los ciudadanos una exasperante sensación de inutilidad de la política para resolver sus problemas.

Por eso ha resultado reconfortante la decisión de los sindicatos y la patronal de alejarse de la batalla e intentar hacer cosas concretas. El Pacto Andaluz por el Empleo firmado el pasado lunes por los agentes sociales y el Gobierno de Chaves -en cuyo programa de investidura figuraba un acuerdo de ese tipo puede considerarse una primera plasmación de la declaración suscrita por CC OO, UGT y la patronal a fines de enero, y que tan frívolamente fue descalificada por los partidarios de pactos a la griega.

La declaración implicaba el compromiso de contribuir mediante la negociación a un clima (le entendimiento que favorezca la creación de empleo. No es que el pacto ahora firmado vaya a acabar con el paro en Andalucía, que según los últimos datos del Inem alcanza al 21,5% de la población activa de la comunidad, pero por lo menos va a impedir el agravamiento del mismo; de momento, permite desbloquear 100.000 millones de pesetas destinados a financiar en dos años programas de formación o aligeramiento de las cargas sociales de pequeñas y medianas empresas que realicen nuevas contrataciones.

Lamentablemente, el esfuerzo pragmático de sindicatos, patronal y Ejecutivo ha despertado más ira que comprensión en Izquierda Unida y, en menor medida, en el PP. El presidente regional de este último partido, Javier Arenas, parece dudar de hasta dónde le conviene seguir tensando la cuerda. Por un lado, baraja la posibilidad de presentar una moción de censura antes de las elecciones municipales, aun sabiendo que IU no respaldará su candidatura a la presidencia de la Junta, Por otro, intenta reforzar su imagen de dirigente responsable, que se fotografía sonriente con su principal enemigo político y que es capaz de poner de lado sus diferencias a la hora de llegara acuerdos institucionales que permitan aprovechar los fondos europeos. Su entrevista del martes, con luz y taquígrafos, con el presidente Chaves corresponde a ese segundo movimiento.

El mensaje pretendido es q ue si Andalucia no resulta gobernable la responsabilidad es del propio PSOE y de su aliado natural, Izquierda Unida. Lo difícil es hacer compatible todo esto con la amenaza de una inmediata moción de censura, aunque es verdad que el propio Chaves lleva meses desafiando a Arenas a plantearla, pensando que no sería capazde hacerlo.

Pero si la actitud del PP es ambigua, la de Izquierda Unida resulta incomprensible. Su cabeza visible, Luis Carlos Rejón, uno de los políticos más superficiales de España, preparó su entrevista con Chaves arremetiendo contra su interlocutor. Su estrategia sólo puede explicarse desde la lógica de quien piensa que cuanto peor, mejor.