Ecuador acepta con reservas el alto el fuego de Perú
ENVIADO ESPECIAL El alto el fuego anunciado unilateralmente por Perú, después de declarar recuperado el destacamento de Tiwintza, era secundado ayer, con reservas, por Ecuador, cuya presidencia precisó que constituye "una adhesión a la similar declaración que nuestro Gobierno hiciera el 31 de enero último, lo que no pudo llevarse a la práctica por los continuos ataques peruanos". Sin embargo, la dirección castrense ecuatoriana mantiene que aún controla Tiwintza, y otros puestos fronterizos. La inmensidad de la selva amazónica permite la holgada existencia de varias Twintza, y su provisional convivencia no parece descabellada si esa duplicidad asegura la paz y facilita una honrosa salida de la crisis.
El cese de hostilidades decretado la noche del lunes por el presidente Alberto Pujimori en comparencia televisiva, que entró en vigor a las doce del mediodía de ayer (seis de la tarde en España), se produjo a los 20 días de registrados los primeros choques de un enfrentamiento que situó a Perú y Ecuador al borde de la guerra abierta y hubiera tenido consecuencias catastróficas. Sin embargo, ambos países cruzaron acusaciones sobre la violación del cose de hostilidades. Perú acusó a Ecuador de violar el alto el fuego al bombardear a, las tropas peruanas establecidas en el enclave de Tiwintza. Ecuador replicó que sus soldados mantienen el control de Tiwintza y, a su vez, denunció constantes enfrentamientos en el campo de batalla.
Miles de peruanos, jubilosos, festejaron en la capital y otras ciudades del interior el anuncio de Fujimori, cuya voz pareció quebrarse cuando en una intervención de seis minuos citó la muerte en combate de 38 compatriotas. "¡Viva Perú, carajo!", gritaban muchos limeños. El, gobernante añadió: "Una larga y tensa espera ha concluido con el desalojo de tropas ecuatorianas de nuestro territorio. Durante tres semanas el Perú ha debido desplegar a sus Fuerzas Armadas para restablecer la soberanía nacional".
"El Perú no se ha visto ni se verá afectado en el orden económico como consecuencia del conflicto", agregó. "El proceso de reconstrucción nacional no se ve amenazado, tampoco sufrirá ninguna alteración el cronograma electoral. [El 9 de abril se celebran elecciones generales]. Estos dos elementos de nuestra imagen internacional deberán ser más bien reforzados de aquí en adelante".
El jefe del Ejecutivo subrayó su confianza en que el Gobierno ecuatoriano "reaccione positivamente frente a esta demostración de buena voluntad y de prudencia. Sólo así podremos avanzar juntos hacia la búsqueda de una solución definitiva en el marco del Protocolo de Río de Janeiro".
Poco después respondió, desde Quito, Carlos Larreategui, ministro de la presidencia, anunciando un discurso de Sixto Durán Ballén "cuando el alto el fuego se haga efectivo". Su portavoz prometió que las unidades militares "no dispararán sus armas si no son atacadas".
[Los países garantes del Protocolo de Río de Janeiro (Argentina, Brasil, Chile y EE UU) recibieron ayer en Brasilia la comunicación oficial del cese el fuego en la zona de conflicto por parte de los Gobiernos de Perú y Ecuador, informa France Presse.]
Tiwintza ha concentrado el 99% del fuego caído sobre la cordillera del Cóndor y todavía navegan hacia ese matadero, río arriba, regimientos enteros. Desde el aeródromo de la base El Milagro, a unos 800 kilómetros de Lima, vuelan también reclutas de 17 años que confiesan haberse alistado para viajar en avión y defender a la patria, veteranos contra Sendero Luminoso que encabezarán pelotones selváticos y relevos de los especialistas barreminas que se encargaron de reventar las alfombras explosivas tendidas por el Ejército. ecuatoriano sobre las trochas de ascenso a los cerros circundantes de aquel bastión amazónico.
Poco antes de reclamar la victoria definitiva sobre Base Sur, Cueva de los Tallos y Tiwintza, en habitual ofertorio castrense, el mando aleccionaba a la tropa expedicionaria en su embarque aéreo hacia la divisoria del norte. "Hijos, nos van a sembrar cerca de Tiwintza y vamos a triunfar", convocaba un subteniente en aquella base. "¿Están de acuerdo? ¡Sííí!", respondían los pelotones. "¿Todos contentos?, ¡Sííí!, ¿Todos felices?, ¡Sííí!". En la toma de este destacamento, defendido por Ecuador con todo el arsenal a mano, las Fuerzas Armadas peruanas comprometieron aviación, infantería y comandos y se apoyaron en los buques de la marina de guerra, que diariamente subían por el Cenepa con pertrechos militares, vituallas y hombres de refuerzo, llegados muchos de los antiguos polvorines de Ayacucho o el Alto Huallaga.
"Pista de combate 5ª División. Sólo para hombres decididos", advierte un gran cartelón de fondo negro en una pista lateral de la base militar que domicilia aún el mando conjunto de las unidades desplegadas por los distintos frentes de la franja fronteriza en disputa, y frágilmente apaciguada.
Los peruanos dan por segura la victoria y uno de ellos, una señora de mediana edad, saborea los titulares del triunfo en las portadas de los periódicos puestos a la venta en un tenderete. "Me parece formidable el alto el fuego. No tenía sentido esta guerra. Tantos soldados caídos, todos niños. Ojalá nos pongamos ahora los pantalones y no dejemos pues que vengan y nos quiten nuestro territorio".
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