El Senado pide al Gobierno que se rebaje la edad para que los niños vivan en prisión con sus madres

El Pleno del Senado aprobó ayer una moción del Grupo Socialista para que se reforme la legislación que permite la vida en prisión de los hijos de reclusas hasta los seis años de edad. En estos momentos hay 221 niños en España en esta situación. En los países de la UE, tres años es la media permitida a las madres para compartir la vida en la cárcel con sus hijos, en atención a las posibles secuelas psicológicas o educativas que para los pequeños puede acarrear el crecer privados de libertad. Este mismo argumento ha servido a la senadora socialista por Almería y presidenta de la comisión mixta para los Derechos d e la Mujer, Martirio Tesoro, para solicitar un cambio en las leyes españolas, sobre todo a tenor del informe realizado la comisión sobre la situación de la población femenina reclusa en España."En 14 años ha aumentado un 800% el número de mujeres presas. Hemos pasado de 487 en 1980 a casi 4.000 en 1994. Esto ha provocado una masificación con insuficiencia de espacios dedicados a actividades educativas, formativas y deportivas", explica Martirio Tesoro. "El 12,2% de ellas declara no haber pisado en su vida una escuela", añade. La gran mayoría de las reclusas españolas cumple condena por delitos de tráfico de drogas. Bajo estas perspectivas se produce, a juicio de la senadora, "un conflicto de intereses entre el derecho de la madre, amparado por las leyes y el derecho del niño a ser educado en libertad", y ella considera que en estos casos debería prevalecer el segundo.

"No decimos que todo niño a la calle, sino que se estudie caso por caso los efectos de la prisión y que se busquen alternativas".

Martirio Tesoro propuso una serie de alternativas en las que involucra a todos los recursos sociales de las comunidades autónomas y de las organizaciones no gubernamentales (ONG) que ya trabajan con niños abandonados. Una experiencia que se está llevando a cabo actualmente en algunos países europeos es la reunión en un piso tutelado del padre y la madre reclusos en régimen de semilibertad custodiada para que el hijo viva en un ambiente con apariencia normal.