Don Dinero
El dinero no puede comprar amor, según decía una famosa canción de los Beatles, pero sí la libertad. Los 2.000 millones de pesetas impuestos al ex presidente de Banesto Mario Conde, y satisfechos con el aval proporcionado por Bankinter, le permiten encabezar el ranking de libertades confianza. Al sirio Monzer Al Kassar se le fijó una por valor de 1.000 millones de pesetas. Francisco Peiró, que fuera presidente del Banco Europeo de Finanzas (BEF), tuvo que hacer frente a una de 500 millones de pesetas, aunque luego fue sensiblemente rebajada.Los dos autos de ayer tienen, sin embargo, otras importantes consideraciones. Los magistrados han rechazado de plano todos los argumentos de Miguel Gómez de Liaño -hermano de Mariano Gómez de Liaño, abogado que dirige la defensa de Conde y su núcleo duro- que pretendían algo más que la libertad de Mario Conde y de Arturo Romaní: la puesta en cuestión de los hechos presuntamente erróneos de la querella de la Fiscalía de la Audiencia Nacional, la falta de competencia del juez de la Audiencia Nacional Manuel García-Castellón, la existencia de indefensión en la fase previa de instrucción de la querella, el interrogatorio "penoso y extenuador" de Conde y la insuficiente motivación de la decisión del juez de decretar Prisión incondicional el 23 de diciembre de 1994.
Tanto el magistrado Jorge Campos, ponente en el recurso de Mario Conde, como De Prada, que expuso sobre el de Arturo Romaní, han sido coincidentes en calificar la "alarma social" como razón insuficiente como para mantenerlos en prisión. Demasiado genérica.
El juez Manuel García-Castellón, lógicamente, también pudo exigir tina fianza a Conde y a Romaní como alternativa a la prisión incondicional. Pero no lo hizo. Quizá porque es decididamente. contrario a las fianzas elevadas como medio para comprar la libertad. La desigualdad de los ciudadanos que, ello introduce ante la ley es obvia. Poderoso caballero Don Dinero.
Punto discutible
Hay un punto importante, el noveno, del auto sobre la libertad de Conde que es realmente discutible. El auto emitido ayer afirma que los delitos imputados a Mario Conde (cuya repercusión económica es de 7.000 millones de pesetas) son mínimos respecto al llamado agujero de 605.000 millones de pesetas y que, además, no existen "múltiples perjudicados". Un criterio abierto a la discusión. ¿Por qué comparar los 7.000 millones de pesetas con el agujero o con el capital de Banesto y no, por ejemplo, con los 40.000 millones de pesetas de beneficios anuales?
El punto central: la prisión preventiva no fue una condena el 23 de diciembre pasado, y no es, por tanto, una exculpación ahora. Lo fundamental sigue siendo lo siguiente: la rigurosa instrucción del sumario del caso Banesto y el juicio con absolutas garantías.
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