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Las maniobras de Carburos

Jacques Hachuel declarará hoy como testigo del 'caso Banesto'

La estrategia de Mario Conde y de Arturo Romaní en Carburos Metálicos durante 1990 causó al banco unas pérdidas de 15.000 millones. Jacques Hachuel, citado por el juez Manuel García-Castellón a declarar hoy martes como testigo, fue uno de los peones de Conde y Romaní en los intentos frustrados de vender a la multinacional Air Products la participación accionarial con beneficios exagerados. Ni Hachuel ni los gestores perdieron y fue Banesto quien abonó la factura de pérdidas.La reconstrucción de las operaciones realizadas por Banesto a partir del verano de 1989 en torno a Carburos Metálicos, indican que los recursos dirigidos por Conde a aumentar la participación del banco en Carburos fueron del orden de orden de 27.000 millones.

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A primeros de agosto de 1989, por encargo de Banesto, Morgan Stanley lanzó una emisión de warrants (bonos con opción de compra) por valor de 130 millones de dólares sobre títulos de Carburos. La sociedad Euris, en la que participaba el financiero Jacques Hachuel, a través de su empresa Capital, se haría cargo de los warrants por un valor de 30 millones de dólares. El precio fijado para convertirlos en acciones de Carburos entre agosto de 1989 y julio de 1994 fue de 10.230 pesetas la acción. Hacia el 10 de agosto de 1989, los títulos de Carburos valían en Bolsa 10.050 pesetas. Euris había adquirido el derecho a 2.028.000 títulos de Carburos a 10.230 pesetas (18% del capital).

Hachuel no era más que un instrumento para obligar al otro socio, Air Products, (24,5% de Carburos) a pagar un precio elevado para no perder el control. El objetivo era hacerle pagar una prima por el control definitivo de Carburos con la amenaza de que otros competidores suyos podrían entrar, comprando los warrants, y disputar su posición. Air Productos recibió a Hachuel, le escuchó, pero advirtió que era un burdo chantajista probablemente enviado por Banesto. Hacia febrero de 1990 había que deshacer la operación; ni Air Products había picado ni Hachuel podía convencer a sus socios de Euris de mantener los warrants. El precio por acción era de 10.230 pesetas y en Bolsa valía 7.470 pesetas.

Que Hachuel fue instrumental se vio enseguida. En febrero de 1990, Banesto, con posición dominante en Carburos, recompró a Euris papeles sin valor por 3.651 millones y una vez creada la Corporación Industrial, en junio de 1990, se le traspasaron los warrants.

En la recompra de los warrants a Euris, Conde y Romaní decidieron cambiar de táctica respecto a Air Products ofreciéndole un pacto. Para ello, reforzarían la posición del banco. Conde propuso al Santander, que poseía un 11,63% en Carburos, comprar su participación, en intercambio con títulos de Agrícolas.

En septiembre de 1990, Banesto y la Corporación Industrial firmaron un contrato por el cual una sociedad del banco llamada Banesto Industrial Investments pasaría, en junio de 1991, a la órbita de la Corporación. Esa sociedad Poseía acciones de Carburos (972.108 títulos) y ppción a comprar otros 841.656. La diferencia de valor en la cotización originó pérdidas en 1990, pero Banesto no declaró hasta 1991 pérdidas de 9.726 millones.

A los 3.651 millones pagados por la Corporación a Euris, había que sumar esos 9.726. Pero aún faltaban 1.344 millones, los que Air Products pagó por una opción de compra del 5,6% de Carburos que no llegaron a Banesto.

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