Fiesta en casa de Mario
La casa de Mario Conde registró una intensa actividad durante la noche de ayer y primeras horas de esta madrugada. A las 1.15 horas, dos coches marca BMW de color oscuro llegaban al número 63 de la madrileña calle Triana, donde esperaba una nube de periodistas, fotógrafos y cámaras.Mario Conde, que viajaba en el asiento posterior del primer vehículo, mantenía el tono serio y aguantaba los flashes impasible. En el segundo coche, Arturo Romaní, mucho más delgado que cuando entró en la cárcel, mantenía una sonrisa forzada ante las cámaras. Conde, físicamente, estaba igual que cuando ingresó en Alcalá-Meco el 23 de diciembre, embutido en un terno gris y con el pelo engominado. Venía de la cárcel. Las partidas de parchís, los nuevos amigos de prisión, los paseos por el patio... quedan en la memoria. Romaní y Conde podrán pasear, bajo fianza, por otros derroteros. Por ello han pagado 3.000 millones.
Dos horas antes, habían dejado el domicilio de Conde Enrique Lasarte y César de la Mora. Con anterioridad, habían llegado la esposa y los hijos de Romaní. A la 1.20 horas, la casa de Conde se quedó huérfana de fotógrafos y cámaras. Dentro estalló la fiesta.
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