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Más de la cuarta parte de los ingresos del sector agrario español son ayudas de la UE

Una de cada cuatro pesetas ingresadas por el sector agrario español durante el último año correspondieron a subvenciones comunitarias, según las estadísticas oficiales del Ministerio de Agricultura. Sin embargo, hay sectores y zonas donde las subvenciones suponen la mitad de los ingresos (cereales y ovino) y otros como el girasol, donde las ayudas de las últimas campañas en muchos casos llegaron hasta el 80% de los ingresos del agricultor por ese cultivo.Durante el año pasado, España recibió de las arcas del FEOGA (Fondo Europeo de Orientación y Garantía Agraria) casi 778.000 millones de pesetas como subvenciones comunitarias. Para 1995 se espera superar los 851.000 millones.

La mayor parte de esa cantidad, 570.000 millones de pesetas, se han pagado como ayudas directas a las explotaciones agrarias (dinero en la cartilla de cada agricultor), mientras los operadores comerciales recibieron 54.000 millones de pesetas para apoyar la exportación, y las industrias agroalimentarias recibieron algo más de 100.000 millones de pesetas.Estas son algunas de las ayudas medias que se recibieron en 1994: Cinco mil pesetas por oveja; más de 27.000 pesetas por vaca nodriza para carne; casi 20.000 pesetas por ternero; más de 27.000 pesetas por hectárea de tierra dejada de barbecho; 22.000 pesetas de media por cada hectárea sembrada de cereal; casi 60.000 pesetas si se trata de trigo duro; 40.000 pesetas dé media por hectárea de girasol, y más de 200 pesetas por kilo de aceite de oliva.

Con el pago de estas ayudas, no es que la Unión Europea haya tirado la casa por la ventana. Se trata simplemente de unos mecanismos puestos en marcha por Bruselas para que el sector agrario mantenga sus niveles de rentas compensando la reducción de los precios institucionales aplicada desde 1992. Pero, no obstante, es una nueva situación atractiva que ha dado lugar al nacimiento de cazasubvenciones. Así, se ha detectado el arrendamiento de pueblos enteros para su cultivo extensivo o la siembra ficticia de grandes fincas de girasol en la mitad sur de la península.

Política proteccionista

La política proteccionista de la Unión Europea ha supuesto tradicionalmente el destino de importantes cantidades para ayudar al sector agrario. En 1994 eran de 5,6 billones de pesetas y para 1995 se sitúan ya en el entorno de los seis billones de pesetas, pero con la esperanza de su reducción.

La posición de España en el reparto de ese gran pastel ha tenido una evolución netamente positiva al pasar de los 122.000 millones de pesetas en 1987 a los 478.000 millones de pesetas de ayudas en 1992 y, finalmente, a los casi 800.000 millones de pesetas en el último año. Es ya el tercer país receptor de fondos, solamente por detrás de Francia y Alemania.

Esta evolución de las subvenciones comunitarias para el sector agrario español se ha debido a tres razones. Primera, el mejor Conocimiento de los entramados comunitarios. Segunda, la reforma de la Política Agrícola Común (PAC) en 1992 por la que se rebajaban los precios institucionales de una serie de productos agrarios, pero se subían las ayudas. Tercera, paridad del ecu respecto a la peseta.

Desde 1993, año en que se inició la aplicación de la reforma de la PAC, el sector agrario español ha incrementado sus ingresos por subvenciones del FEOGA -Garantía en más de 300.000 millones de pesetas.

Los ganaderos de ovino y vacuno son algunos de los que se han llevado la mejor parte. En ovino, 130.000 explotaciones han ingresado 80.000 millones de pesetas de subvención a, razón de una ayuda por oveja en, tomo a las 5.000 pesetas y de 4.000 pesetas por cabra. El propietario de una vaca nodriza para carne recibirá este año algo más de 32.000 pesetas por animal frente a las 27.000 que percibió en 1994.

En el caso de la agricultura, las principales ayudas y medidas se centran en las producciones objeto también de la reforma de 1992. Los cultivos herbáceos (sobre todo cereales y girasol), recibieron el año pasado 322.847 millones de pesetas. Para este año, las ayudas previstas se sitúan en casi 60.000 pesetas por hectárea de trigo duro, 21.600 pesetas de media por hectárea sembrada de cereales, casi 40.000 pesetas de media por, hectárea de girasol y más de 27.000 pesetas por hectárea no sembrada acogida a la retirada.

Por detrás de los cultivos herbáceos destaca la elevada ayuda que está recibiendo el olivar. Para esta campaña, la subvención por kilo de aceite Producido superará las 200 pesetas, cantidad a la que el agricultor suma otras 400 pesetas que está cobrando por el kilo de aceite en el mercado.

En 1994 los productores de aceite recibieron casi 66.000 millones de pesetas, y este año superarán los 90.000 millones de pesetas. La industria envasadora, que hace un año recibió 43.000 millones de pesetas, en 1995 no llegará a los 15.000 millones de pesetas al reducirse la ayuda al consumo.

Finalmente, destacan los 22.500 millones recibidos por arrancar unas 50.000 hectáreas de viñedo y los 62.500 millones que ingresó el sector de frutas y hortalizas, repartidos entre: el sector productor y la industria transformadora.

Dinero verde para forestar

., Entre otras ayudas recibidas por el sector agrario de la Unión Europea vía estructuras, destacan las previstas por la aplicación del Plan de Forestación, aunque los resultados del último año han sido un fracaso, con sólo 11.000 hectáreas repobladas frente a un objetivo de 180.000 hectáreas.

Según las previsiones oficiales, entre los años 1994 y 1998 se preveía la forestación de casi 800.000 hectáreas de tierras dedicadas anteriormente a la agricultura, a las que se sumaban otras 200.000 hectáreas forestales para mejorar. La aplicación de este Plan debe suponer una inversión de unos 300.000 millones de pesetas con una ayuda comunitaria de casi 200.000 millones de pesetas, el 75% de los gastos, junto a otros 60.000 millones aportados por las Comunidades Autónomas y 20.000 millones del Ministerio de Agricultura.

Las ayudas previstas se podrían situar en una media de 200.000 pesetas por hectárea forestada, aunque la cantidad varía según sea la especie elegida. La subvención más baja es la fijada para los chopos (no en todas las Comunidades Autónomas ya que en algunas ni se contempla como forestación subvencionable), y las más alta corresponde a encinas, castaños o nogales con más de 300.000 pesetas por hectárea. Han sido muchos quiénes han comprado tierras solamente para forestar. Además de esas ayudas, el propietario de una tierra que foreste tendrá la ayuda de unas 20.000 pesetas de media por hectárea durante los cinco primeros años para tareas de mantenimiento, y otras 20.000 pesetas de media por hectárea (hay cifras más altas), como compensación al agricultor por la pérdida de rentas al plantar árboles donde antes realizaba cultivos agrícolas.

España ha mejorado en la recepción de ayudas por la vía de estructuras, aunque una de las asignaturas pendientes es la de las Indemnizaciones Compensatorias para zonas de Montaña y Desfavorecidas, que todavía están muy lejos de la de otros Estados de la UE.

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