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Las elecciones presidenciales francesas hibernarán durante 40 días las decisiones de la Unión Europea

Xavier Vidal-Folch

La presidencia francesa de la Unión Europea (UE) empieza con humildad y discreción. Las elecciones presidenciales de los próximos meses de abril y mayo provocarán un bloqueo de 40 días en la toma de decisiones por el Consejo. Pero algunas cuestiones se abrirán camino. Desarrollar la política mediterránea, poner en marcha algunos de los 14 grandes proyectos de redes transeuropeas de transporte e introducir el aprendizaje obligatorio de dos lenguas en la escuela son algunos de los propósitos más destacados de París para su semestre.

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Cuarenta días: entre el 12 de abril y el 28 de mayo no se celebrará una sola reunión del Consejo de Ministros. Algo insólito. La presidencia alemana, también sometida a trance electoral -y más decisivo, porque en ese caso no había Gobierno en plaza- sólo se permitió unas vacaciones de diez días.A esta cuarentena hay que sumarle la transición de la Comisión presidida por Jacques Delors a la Comisión encabezada por Jacques Santer y el hecho de que el primer Consejo del año, de Economía y Finanzas, no se celebrará hasta el lunes. Total: casi dos meses a ritmo lento, un tercio del semestre.

Los dirigentes franceses, tratan de minimizar estos datos. "Las elecciones no serán un obstáculo porque llevamos un ano preparando la presidencia y nos hemos coordinado con nuestros antecesores, los alemanes; y con nuestros sucesores, los españoles", se defiende un alto consejero del primer ministro, Edouard Balladur. "No será un semestre de rutina", insiste, "sólo deseamos que sea útil". Otros, como el portavoz del Elíseo, Jean Musitelli, reconocen que "no habrá grandes misterios".

La precampaña francesa está siendo Intensa y apasionada. Bien puede suceder que el actual titular de Exteriores, el chiraquista Alain Juppé, no termine su semestre, si se impone Balladur en la presidencial: Juppé es el único ministro que le ha plantado cara. Lo que no parece originar problemas es la actual cohabitación, "porque hay una gran cercanía de criterios en política europea". La excepción: cuando Balladur presentó al presidente Françoise Mitterrand el programa para los próximos seis meses, éste "le hizo añadir el capítulo social" que el primer ministro había olvidado, indica Musitelli.

Ejes del semestre

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Los ejes del semestre serán la seguridad continental, el empleo y la defensa de la "identidad cultural" europea.

Seguridad. La actuación más urgente es influir en la crisis chechena, para evitar la violencia aun reconociendo el derecho de la Federación Rusa "a su integridad territorial", manifiesta Alain Juppé. Simultáneamente, gestionar la crisis de Bosnia, para aprovechar que, con el alto el fuego, "atraviesa un momento favorable", según Juppé. El titular de Exteriores está sondeando ya la conveniencia de nombrar "un negociador único" representativo de todo el grupo de contacto.

Para el 20 y 21 de marzo próximo se ha convocado una Conferencia sobre la Paz y Estabilidad, que debería concluir en un gran pacto que establezca las condiciones de una paz duradera, especialmente las referidas a las minorías nacionales y las fronteras. Otro convenio, el que alumbrará la Europol (el FBI de la UE) debe firmarse en la cumbre de Cannes, en junio.

También proseguirá el acercamiento a los países de Europa, central y oriental, los pecos, con la redacción del libro blanco sobre el impacto en sus economías de 282 directivas.

Más novedades se esperan en la apertura al Mediterráneo: la siempre bloqueada (por Grecia) unión aduanera con Turquía; los acuerdos con Israel, Túnez y Marruecos; la preparación de la Conferencia sobre. el Mediterráneo prevista para otoño en Barcelona.

Crecimiento y empleo. Lo más concreto, es el propósito expresado por altos cargos del Gobierno Balladur de "que arranquen este año algunos de los 14 proyectos de redes transeuropeas de transporte", ratificados en la cumbre de Essen pero cuya financiación sigue en el limbo. En esta lista figuran la autopista Lisboa-Valladolid y el tren de alta velocidad (TAV) España-Francia. Los franceses se interesan en el último, el Este-París-Estrasburgo y el enlace Lyon-Turín. Otro empeño es el de relanzar la concertación social, con una magna reunión en París.

Cultura. Francia pretende negociar un convenio intergubernamental para hacer obligatorio el aprendizaje de "dos lenguas vivas extranjeras europeas," en las escuelas de los 15 Estados miembros de la Unión Europea.

El ministro delegado para Europa, Alain Lamssoure, combina esta propuesta con la de limitar el número de lenguas de trabajo en la UE a dos o tres. Porque, como dice Alain Juppé, con una futura Europa de 30 miembros, "el actual sistema no puede funcionar y, en la práctica, nos conduciría al monolingüismo, ya sabemos todos de qué idioma" [el inglés].

Junto a la lengua, se prometen avances en el sector audiovisual. El problema no se plantea entre liberalismo o proteccionismo, mantiene la nueva presidencia" sino en "el riesgo de que el sector europeo de producción audiovisual desaparezca en pocos años".

Más del 70% de las películas exhibidas en las salas de cine francesas son extraeuropeas, alega París. Para romper esa dinámica se preparará el segundo programa Media (de fomento a la industria autóctona de cine) y se quiere revisar la directiva Televisión sin fronteras, manteniendo la cuotas obligatorias de productos europeos en las cadenas generalistas y obligando a invertir a las cadenas temáticas o especializadas.

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