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Se manipula el humanitarismo, según ensayistas y representantes de la ONU

Alberdi abre un debate sobre derechos humanos y refugiados

Lo humanitario está de moda, pero hay que evitar que los Gobiernos manipulen el humanitarismo para justificar sus fracasos, según advirtieron ayer en Madrid, entre otros, el filósofo Fernando Savater, el escritor Tahar Ben Jelloun y el eurodiputado José María Mendiluce, en la conmemoración del Día Mundial de los Derechos Humanos. Diez mil personas se ven obligadas cada día a abandonar su hogar a causa de la persecución política y la guerra, según datos del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).

Un control adecuado del flujo de inmigrantes y una política de integración deben ser los ejes funda mentales para respetar los derechos de los refugiados, según señalo la ministra de Asuntos Sociales, Cristina Alberdi.La sociedad civil y los Gobiernos se movilizan para ayudar a los perseguidos, pero la triste realidad es que no somos capaces de evitar el desastre, según afirmaron los participantes en la mesa redonda Derechos humanos y refugiados, organizada por el ACNUR, en la que participaron también Antonio Garrigues, presidente de la asociación España con ACNUR, y el ensayista italiano Paolo Flores, D'Arcais. "Los Gobiernos primero venden armas y luego envían ambulancias", dijo el marroquí Ben Jelloun. "Hemos visto la enorme reacción de solidaridad que se ha producido en España en los últimos años, con Ruanda o Bosnia, pero a veces da la impresión de que nos conmueve más el cólera que el genocidio", apostilló Mendiluce.

Veinte millones de personas en el mundo son refugiados políticos, 25 millones están desplazados dentro de su propio país y seis millones son emigrantes, según datos del ACNUR. Las previsiones indican que estas cifras pueden haberse multiplicado por tres en el año 2000.

Neutralidad imposible

"A pesar de lo que se pueda decir no creo que seamos un país xenófobo y estamos bien situados para comprender a los emigrantes y refugiados. Lo fundamental para evitar la xenofobia es incidir sobre todo en la educación y en la integración", dijo Alberdi.Los participantes en la mesa redonda coincidieron en la necesidad de reclamar una mejor regulación internacional de la intervención armada para preservar los derechos humanos. "La soberanía nacional sólo parece una trampa para proteger a los dictadores, pero los derechos humanos no pueden acabarse en una frontera", afirmó José María Mendiluce. "No se puede ser neutral entre las víctimas y los verdugos", dijo refiriéndose entre otros, al conflicto de la ex Yugoslavia.

Para Guilherme da Cunha, representante del ACNUR en España, es fundamental también eliminar la distinción entre refugiados políticos y emigrantes económicos y anadió: "En España hay buena voluntad por parte del Gobierno español respecto al refugiado, pero todavía hay que mejorar el procedimiento para conseguir el estatuto. de refugiado y los permisos de residencia y de trabajo, agilizando los trámites".

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