1.200 policías protegerán a Taslima Nasrin en su estancia de 10 días en Francia
La escritora intervino con Soyinka en televisión y se declaró atea
La escritora bangladesí Taslima Nasrin, condenada a muerte por los integristas islámicos de su país y refugiada en Estocolmo, llegó ayer a Francia rodeada de formidables medidas de seguridad. Nasrin contará con la protección de 1.200 policías durante los diez días que permanecerá en el país. Se trata de un dispositivo mayor que el desplegado para acontecimientos como una visita de George Bush cuando era presidente de los Estados Unidos o una reunión de la Conferencia para la Seguridad y la Cooperación en Europa. La autora de Lajja (La vergüenza) se desplazará siempre en una limusina blindada puesta a su disposición por el Ministerio del Interior.Nasrin, que se entrevistará con varias autoridades francesas, vio frustrado hace un mes su deseo de viajar a Francia por las reticencias del ministro del Interior, Charles Pasqua, quien aseguró entonces que era "imposible" garantizar la seguridad de la ecritora durante más de un día . Para esta ocasión, Pasqua mantiene sus temores y ha ordenado una insólita movilización de recursos. Nasrin declaró a su llegada a París, en un avión distinto al anunciado por razones de seguridad, que se sentía "feliz de estar en Francia, el centro de la civilización mundial". Mientras hablaba a los periodistas en una sala del aeropuerto Charles de Gaulle, policías acompañados de perros patrullaban el recinto.
Sobre la fatwa lanzada contra ella por los integristas, quienes la acusan de blasfemia contra la fe islámica, Taslima Nasrin afirmó que jamás estuvo en contra de las religiones o los creyentes: "Lucho contra los fanatismos. Lucho contra todo tipo de discriminación. Mientras me quede vida, lucharé por la libertad del ser humano".
[La escritora participó anoche en el programa de televisión La marche du siècle, en la cadena pública France 3, junto a Mario Vargas Llosa; el premio Nobel nigeriano Wole Soyinka, y el autor argelino Rachid Boudjedra, informa France Press. "Sí, yo me considero atea", dijo la escritora, que manifestó su esperanza de poder regresar a su país. "He visto tanto odio en los textos religiosos (musulmanes) que he decidido que no seré, creyente y que combatiré por el huínanisino". "El mundo no ha salido todavía de las tinieblas", afirmó Soyinka, que mostró su solidaridad con Nasrin. "Yo tengo :un enemigo bien identificado, el poder y sus agentes secretos. Ella tiene enemigos sin rostro: el fundamentalismo; ésta es la amenaza del siglo XX". Boudjedra, que también reivindicó su ateísmo, señaló que en su caso no ha sido condenado por ello sino por el mero hecho de escribir: "Para las islamistas, toda escritura es una. amenaza para el Corán", dijo].
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