Madrid, capital internacional del libro antiguo
Joyas bibliográficas como incunables, libros de horas, códices, crónicas de Indias, primeras ediciones de clásicos del Siglo de Oro y de los poetas de la generación del 27 y mapas del siglo XVI podrán adquirirse o, cuando menos, contemplarse desde mañana y hasta el próximo domingo en la 111 Feria Internacional del Libro Antiguo, que se celebra en el hotel Reina Victoria de Madrid.No se trata de una feria del libro de ocasión, con sus ediciones gastadas por mil manos ni volúmenes modernos vestidos a la antigua para la ocasión, nunca mejor dicho. Tampoco hay que ser Bill Gates, el millonario norteamericano que acaba de comprar un manuscrito de Leonardo da Vinci por 4.000 millones de pesetas, para llevarse un ejemplar a casa. La III Feria Internacional del Libro Antiguo, que se celebra por primera vez en Madrid, reúne a 44 anticuarios (28 españoles y 16 extranjeros) que exponen 20.000 ejemplares, de los cuales unos mil son piezas únicas en el mundo, en ediciones íntegras, en perfecto estado de conservación y a precios asequibles para instituciones, bibliófilos, inversores y curiosos.
Precios
El coste de los libros expuestos varía desde los cuatro millones de pesetas de una edición de Las siete partidas, de Alfonso X el Sabio, de 1491, o los tres millones de un Quijote de 1608, hasta las 150.000 pesetas de una primera edición del Romancero gitano de García Lorca o las sólo 24.000 de una edición príncipe de Tirano Banderas, de Valle Inclán. Los mapas antiguos se pueden encontrar desde 14.000 pesetas hasta dos millones y medio; los clásicos del Siglo de Oro van desde las 250.000 pesetas de la obra de Lope de Vega Jerusalén conquistada, de 1609, a las 350.000 de una primera edición de las obras completas de Góngora del siglo XVII, y también se ofrecen tratados científicos, como un libro sobre metales del XVIII por 50.000 pesetas.Luis Bardón, presidente del comité organizador de la feria, con la que se cierra este año el Festival de Otoño de la Comunidad de Madrid, señala que los objetivos de esta manifestación cultural son reivindicar la profesión de los libreros anticuarios y fomentar el amor al libro en España. "La riqueza de un país no se mide sólo por su producto interior bruto, sino también por su capacidad para organizar ferias como ésta. Si se quedasen en España algunos de los ejemplares que se exponen, se enriquecería notablemente nuestro patrimonio cultural", declara.
El librero anticuario Mario Fernández destaca el interés que despiertan en los últimos años las primeras ediciones de los escritores de la generación del 98 y del 27, "ejemplares que en muchas ocasiones fueron víctimas de la brutalidad y la intolerancia franquista". La edición de 1995 se celebrará en Barcelona.
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