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Los paramilitares unionistas allanan el camino de la paz en el Ulster al anunciar un alto el fuego

La mejor noticia para el futuro político del Partido Conservador británico, que celebra esta semana su congreso, se produjo ayer en Belfast. A las nueve de la mañana, y tal y como estaba previsto, los dos principales grupos paramilitares prounionistas del Ulster anunciaron un alto el fuego incondicional y tan permanente, según el texto de la declaración, como el ofrecido hace más de seis semanas por el Ejército Republicano Irlandés provisional (IRA), cuya tregua se ha mantenido inalterada hasta hoy. El anuncio, acogido con cautelosa satisfacción por el primer ministro británico, John Major, viene a despejar el mayor obstáculo de los que todavía se interponían en el largo y complejo camino hacia la paz en Irlanda del Norte.

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Pese a las exigencias de clarificación sobre la naturaleza permanente de ambas treguas, por parte del primer ministro conservador, su homólogo irlandés Albert Reynolds, presionó abiertamente a Major para que hoy, rodeado de sus correligionarios, dé una respuesta contundente que permita hacer avanzar el proceso de paz. "La decisión supone, de hecho, el fin de 25 años de violencia y el final de un trágico capítulo de nuestra historia", comentó Reynolds en Dublín. "Espero y confío en que nunca más haya violencia política en esta isla".La importancia de este alto el fuego unionista fue reconocida por todos los sectores políticos del Ulster, incluido el Sinn Fein y el radical Partido Unionista Democrático que lidera lan Paisley. Después de todo y, aunque la violencia sectaria desarrollada en los últimos 25 años por los Luchadores por la Libertad del Ulster (brazo armado de la denominada Asociación para la Defensa del Ulster) y la Fuerza de Voluntarios del Ulster, surgió como respuesta a los asesinatos del IRA, a lo largo de los tres últimos años ambos grupos protestantes han superado el dramático listón de crímenes de sus rivales republicanos. Su propio cómputo global es terrorífico: al menos un tercio de los 3.000 muertos que se ha cobrado la violencia en el Ulster en 25 años, ha caído víctima de las bombas y las pistolas de los paramilitares unionistas. En base a este historial de muertes, Major justificó su reacción de cautela. "Una de las razones de que hayamos llegado tan lejos en este proceso es que hemos sido lentos y cautelosos", dijo, para añadir, haciendo gala de su más alambicado estilo oratorio: "Aún tenemos que alcanzar una situación de permanencia que nos satisfaga".

La actitud de Major contrastó notablemente con la de Reynolds, quien dió rienda suelta a su satisfacción y reclamó de su homólogo británico una inmediáta respuesta hoy -aprovechando su discurso de cierre del congreso de los tories- a los paramilitares y, sobre todo, al IRA, cuya tregua incondicional acaba de entrar en la séptima semana. "Comprendo sus reticencias", aclaró el primer ministro irlandés, "pero ha llegado el momento de actuar".

El último espaldarazo a la frágil paz llegó ayer a través de una declaración prolija en detalles, leída en una conferencia de Prensa celebrada en el barrio protestante de Glencaim (Belfast), por los representantes de dos pequeños partidos extremistas y sin representación parlamentaria (Partido Progresista y Partido Democrático del Ulster). Uno de los políticos encorbatados que ocupaba el estrado, Augustus Spence, es conocido en la provincia norirlandesa como antiguo activistas de la Fuerza de Voluntarios del Ulster. Después de pasar 19 años en la cárcel, acusado del asesinato de un católico, Spence, recuperó ayer la "respetabilidad", para asumarse al grupo de políticos encargado de transmitir la buena nueva.

La responsabilidad del IRA

En el largo texto, el denominado Comando Militar Lealista Conjunto (CLMC) ofrecía a los ciudadanos del Ulster la mejor prueba de la sinceridad de sus reiterados deseos de un futuro mejor para Irlanda del Norte. "El CLMC cesará completamente todas las operaciones hostiles desde la media noche del jueves 13 de octubre", dice el texto. "La continuidad de nuestro alto el fuego dependerá completamente del cese de cualquier clase de violencia republicano-nacionalista. A partir de ahora toda responsabilidad ante un eventual regreso a la guerra, será suya".El líder del Sinn Fein, el brazo político del IRA, Gerry Adams, aseguraba ayer desde Montreal (Canadá): "Ningún republicano pondrá en peligro el proceso de paz". Adams saludó el anunció de los unionistas y dijo que a partir de ahora que "la única fuerza militar en Irlanda del Norte es la británica".

La única sombra de duda procedía, sin embargo, de las primeras líneas redactadas por el Comando Conjunto, en las que los unionistas aseguran haber dado tan sustancial paso, "después de haber recibido confirmación y garantías sobre la posición constitucional de Irlanda del Norte dentro del Reino Unido"

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