Los dividendos del terror
L. G., Las diferencias son grandes. Nadie puede disputar al Ejército Republicano Irlandés (IRA) una mayor fundamentación ideológica que a sus rivales en el uso de la violencia sectaria. Los denominados Luchadores por la Libertad del Ulster y la Fuerza de Voluntarios del Ulster, sin embargo, han obtenido también sabrosos dividendos de su actividad terrorista. Algunos comentaristas de la prensa británica reconocían ayer que, en última instancia, su actividad asesina, a menudo indiscriminada contra cualquier católico. del Ulster, ha tenido alguna influencia en el fin de las hostilidades del IRA. El zarpazo de los paramilitares se ha llevado por medio, además, a 13 militantes o familiares de miembros del Sinn Fein, rama política de los provisionales.
Para hacerse una idea de lo que estos grupos han significado desde comienzos de los años setenta, conviene recordar que, en su etapa álgida, la Asociación para la Defensa del Ulster (y sus muchachos, los Luchadores por la Libertad), ha llegado a contar con 40.000 miembros. Tolerados, de alguna forma, por los partidos unionistas, los extremistas del lado protestante han asesinado a imagen y semejanza del IRA, desarrollando una espiral de violencia que, por ambos lados, ha dejado en el camino la vida de más de 3.000 personas.
Sin embargo, la cruda realidad para unos y otros es que han perdido fuerza y algo más, han perdido el apoyo de la creciente clase media de Irlanda del Norte, tanto de la católica como de la protestante. Actualmente los Luchadores por la Libertad del Ulster apenas cuentan con 4.000 activistas, mientras la Fuerza de Voluntarios sólo dispone de 600 miembros.
La causa del IRA ha contado, que duda cabe, con un, mayor soporte internacional, empezando por los hermanos irlandeses de los Estados Unidos, pero, a fin de cuentas, la sangre y la violencia se lo ha comido todo, y al final, Irlanda del Norte se plantea, por fin, empezar de nuevo para vivir en paz.
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