La gasolina es oro para Karadzic
"No me importa la gasolina ni unos cientos de marcos" dice un joven automovilista que intenta vender en la frontera la garrafa que los aduaneros no le permiten entrar en Bosnia. "Lo que me importa es que unos serbios estén haciendo esto a otros serbios". El hombre dice saber que Radovan Karadzic y mucha de la gente que le rodea roban y manipulan a los suyos. "Pero ¿qué puedo hacer?, ¿pasarme a los musulmanes para que me maten?".La gasolina es oro para Karadzic, la clave del bloqueo, porque con ella ruedan los vehículos del Ejército muy mecanizado que manda el general Ratko Mladic. Los serbios bosnios intentan comprarla encualquier parte: pasa de contrabando desde Serbia, en barcazas, y a través de Croacia, y se la venden incluso. Como en toda guerra duradera, funciona ya una red bien engrasada en la que el dinero hace socios a víctimas y verdugos.
"Esto es una pelea entre hermanos y no va a servir para parar la guerra" dice un recién Regado de la cercana Bjeljina, convencido de que los suyos están luchando contra el fundamentalismo islámico. Lo corrobora el dueño del restaurante de la frontera, que asegura que su negocio se desploma: "Los serbios no han causado la guerra, han sido los musulmanes
Que lo digan los musulmanes de Srebrenica, allá lejos, al Sur, a una decena de kilómetros de Ljubovica, pero en la otra orilla la del Drina. Desde el puente de este paso fronterizo no hay un solo indicio de que tras las montañas vivan miles de musulmanes encerrados en una ciudad asediada que depende para sobrevivir de los convoyes humanitarios de Naciones Unidas.
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