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El filme venezolano 'Sicario' triunfador en el Festival de Cine de Biarritz

El filme ganador del Festival de Biarritz de este año, que dedicaba una amplia retrospectiva al cine venezolano, ha sido para Sicario, una cinta también venezolana firmada por José Ramón Novoa. Se trata de un trepidante y cándido alegato en defensa de una juventud a la que todo parece condenar al crimen, desde la miseria hasta la explosión de la familia pasando por la influencia del narcotráfico.

El premio especial del jurado se lo han repartido el veterano brasileño Carlos Diegues, que ha firmado con Veja Essa Cancao un elogio sentido de la música popular de Río, y Luis Argueta con El silencio de Neto, una insólita producción guatemalteca. "Es el primer largometraje rodado en nuestro país a lo largo de toda su história", explica el cineasta y productor. "En Guatemala aún no se ha estrenado comercialmente pero su salida ya está prevista. La acción del filme transcurre en 1954, unos meses antes y después del golpe de Estado, patrocinado por la United Fruit y organizado por la CIA, que acabó con la experiencia liberal y nacionalista del gobierno de Jacobo Arbenz". En aquel entonces Argueta era niño y sufría de asma, como Neto en su película: "El asma se me curó así que salí de Guatemala. Entre los cuidados de mi abuela, mi madre y mis tías, no me dejaban respirar".

Crónica histórica

El silencio de Neto es una crónica histórica con una cierta dimensión poética, contada desde un punto . de vista infantil. "Para mí es importante explicar lo que ha significado el peso del silencio en mi país. Desde el golpe, contra Arbenz que vivimos en medio del miedo, en tartamudeante guerra civil. Guatemala tiene el desdichado privilegio de haber inventado la figura del desaparecido".En Biarritz se ha recuperado un filme de Arturo Ripstein que se daba por perdido debido a problemas financieros: La mujer del puerto. Sé trata de una nueva tragedia prostibularia, estilizada y desesperada, que hermana a la perfección a Fassbinder y Buñuel y que el palmarés ha olvidado, como ha marginado también Reina y Rey, de Julio García Espinosa, una crónica cubana que confronta las dos Cubas, la de la isla y la de Miami, y a base de ejercicios malabares logra no referirse nunca a las causas de la emigración o de la miseria, vista como casi como una catástrofe natural.

El Festival de cine de Biarritz, creado hace 16 años y ampliado su ámbito artístico a la música, las artes plásticas y la literatura desde 1992, ha dedicado la edición que cerró anoche al cine venezolano, a homenajear al escritor Alvaro Mutis, a presentar una serie de fotografías realizadas, entre 1940 y 1945 por Juan Rulfo y que parecen las localizaciones previas a su obra maestra Pedro Páramo, a pintores y dibujantes latinoamericanos como Jesús Soto y Pedro León Zapata, y a premiar los Cuentos cómicos del venezolano Salvador Garmendia.

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